domingo, 23 de febrero de 2014

“Todo es posible para el que tiene fe”

         


      “Todo es posible para el que tiene fe” (Mc 9, 14-28). Le presentan a Jesús un endemoniado, poseído por un demonio mudo, que ha intentado varias veces acabar con su vida. Los discípulos de Jesús no han sido capaces de expulsarlo y, de las palabras de Jesús, se deduce que la causa es la falta fe la escasa oración: "Todo es posible para el que tiene fe" y "esta clase de demonios se expulsa por la oración".
         Pero no solo para expulsar demonios es necesaria la fe y la oración: también para la vida cotidiana, la vida de todos los días, es necesario tener fe y orar, porque todos los días es necesario alimentarse del Amor de Dios para poder vivir, y el Amor de se obtiene solo por la oración y por la fe. Todos los días es necesario necesita el alma nutrirse del Amor Divino, así como necesita el cuerpo todos los días nutrirse de alimento, y es por esto que es necesaria la oración y la fe.

         "Todo es posible para el que tiene fe". Les dice Jesús a sus discípulos, para que sean fuertes y puedan expulsar a los demonios. Y es así, porque el que reza y tiene fe se une a Cristo crucificado y así puede expulsar demonios porque se vuelve, más que fuerte, invencible. Unido a Cristo crucificado y resucitado, por la fe y la oración, el hombre se vuelve, más que fuerte, invencible, y así puede derrotar a los tres grandes enemigos que lo acosan desde que perdió el Paraíso: el demonio, el pecado, la muerte. Unido a Cristo crucificado, muerto y resucitado, por la fe y por la oración, el hombre se vuelve invencible, y todo le es posible, porque se vuelve él mismo, de mortal que es, en Dios por participación. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario