domingo, 25 de mayo de 2014

“Cuando venga el Paráclito, el Espíritu que Yo les enviaré desde el Padre, dará testimonio de Mí”


“Cuando venga el Paráclito, el Espíritu que Yo les enviaré desde el Padre, dará testimonio de Mí” (Jn 15 26- 16, 6. 4). Luego de morir en la cruz y resucitar, Jesús ascenderá al cielo y desde allí enviará, junto al Padre, al Paráclito, al Espíritu Santo, el Espíritu de la Verdad, que “dará testimonio de Jesús”. Esto será de vital importancia para la Iglesia de Jesucristo, sobre todo hacia el final de los tiempos, cuando surja el Anticristo, porque el Anticristo se presentará con toda clase de engaños y de falsos milagros, que confundirán incluso a los elegidos. El Anticristo engañará de tal forma a los hombres, que todos creerán que es Cristo, y cuando se manifieste, modificará la ley de Cristo y los Mandamientos acomodándolos a las necesidades y conveniencias de los hombres y lo hará de tal manera, que todos estarán convencidos que es el mismo Cristo en Persona quien lo está haciendo. Es por esto que la función del Espíritu Santo, enviado por Cristo y el Padre, el Espíritu de la Verdad, será la de iluminar las conciencias del pequeño rebaño remanente, el cual de esta forma será preservado del engañado y será advertido acerca del Falso Profeta, del Anticristo y de la Bestia, quienes tomarán posesión de la Iglesia de Cristo. Solo quienes estén en gracia, estarán inhabitados por el Espíritu Santo y solo quienes estén inhabitados por el Espíritu Santo, serán capaces de advertir el engaño, pero así mismo, serán, como dice Jesús, “echados de las sinagogas”, es decir, de las Iglesias, e incluso, serán perseguidos a muerte, y los que les den muerte, creerán dar “culto a Dios” con sus muertes, porque pensarán que están dando muerte a apóstatas, cuando en realidad, estarán dando muerte a mártires, a los verdaderos seguidores y adoradores del Cordero de Dios.

“Cuando venga el Paráclito, el Espíritu que Yo les enviaré desde el Padre, dará testimonio de Mí”. El mundo contemporáneo vive en las tinieblas, unas tinieblas que amenazan a la Iglesia y que por alguna grieta ha entrado en la Iglesia, según la denuncia del futuro beato Pablo VI: “A través de una grieta, ha entrado el humo de Satanás en el templo de Dios”. A estas densas y siniestras tinieblas vivientes del Infierno, que impiden la visión de Dios a las almas, solo las pueden vencer la Luz Increada del Espíritu Santo, el Paráclito, enviado por el Padre y el Hijo. 

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