lunes, 11 de septiembre de 2017

“Pasó toda la noche orando a Dios”


“Pasó toda la noche orando a Dios” (cfr. Lc 5, 42ss). Si Jesús es el Hombre-Dios, es decir, si Él es la Segunda Persona de la Trinidad, ¿por qué ora? ¿Tiene alguna necesidad de orar, si Él es Dios en Persona? La respuesta a estas preguntas nos la da San Ambrosio[1], quien nos dice que Jesús, en cuanto hombre, ora por nosotros, no por Él; ora para darnos ejemplo de cómo tiene que ser nuestra relación con Dios, y finalmente, que ora para nuestra salvación, lo cual indirectamente nos habla de aquello por lo que estamos en esta vida y es el evitar la eterna condenación en el Infierno. Dice así San Ambrosio: “El  Señor ora, no afín de implorar por él, sino de obtener por mí (…) pues Él es nuestro abogado (…) Cristo nos  forma por su ejemplo en los preceptos de la virtud (…) “Él pasa la noche orando a Dios”. Él os ha dado un ejemplo, una huella, un modelo a imitar”.
“Pasó toda la noche orando a Dios”. Jesús nos da ejemplo acerca de nuestra relación con Dios: así como Él ora por nosotros, por nuestra salvación, así debemos orar, pidiendo por nuestra salvación y la de nuestros seres queridos. Jesús nos enseña que la oración es esencial en esta vida terrena, para evitar la eterna condenación y ganar el cielo, el Reino de Dios.



[1] Cfr. San Ambrosio (c. 340-397), Comentario sobre San Lucas 5,42ss.

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