sábado, 30 de diciembre de 2017

Fiesta de la Sagrada Familia



(Ciclo A – 2017)
         La Sagrada Familia de Jesús, José y María, es ejemplo y modelo de vida y de santidad para toda familia humana, para todos los tiempos, para todas las razas, para todo credo. La Sagrada Familia es modelo y es ejemplo insustituible en dos aspectos esenciales: en cuanto a la constitución de la familia humana y en cuanto a la santidad de sus integrantes. El modelo que propone la Sagrada Familia –papá-varón, mamá-mujer, hijo natural o adoptado, producto del amor conyugal-, se opone al modelo familiar múltiple, que también pretende ser universal, propuesto por la ideología de género. Según esta ideología, la familia humana puede estar formada por múltiples modelos y no por uno solo, como el de la Familia de Nazareth. Para la ideología de género, toda combinación posible puede llamarse “familia” y es factible desde el momento en que es posible: según esta ideología, se llama “familia” a la unión entre dos varones, dos mujeres, dos transexuales, dos transgéneros; y en cuanto a los hijos, estos pueden ser concebidos de modo natural, o artificial, utilizando cualquier técnica artificial de fecundación y procreación, como FIV, alquiler de úteros, etc.
Es decir, la Sagrada Familia se presenta como un modelo de familia, único, de validez universal, frente al anti-modelo de familia propuesto por la ideología de género, que también pretende ser homogéneo y universal. Sin embargo, la Iglesia afirma que solo el modelo familiar de la Sagrada Familia es el único posible, por lo que, frente a esta rotunda afirmación por parte de la Iglesia, podríamos preguntarnos: ¿cuál es la razón de esta validez universal? Es decir, ¿por qué motivo la Sagrada Familia es modelo y ejemplo para toda la raza humana, sin distinción de credos, razas, épocas y el único modelo posible?
Podemos responder que una primera razón radica en Aquel que ideó a la Sagrada Familia, que es Dios mismo: Quien ideó a la Sagrada Familia fue Dios, Él fue quien eligió una madre-mujer y un padre-varón para que fueran sus progenitores en la tierra, cuando llegara el momento de la Encarnación; fue Dios en Persona quien eligió a la Virgen, mujer, como Madre suya y a San José, varón, como a su Padre adoptivo; fue Dios en Persona quien decidió que el lugar en la tierra más similar al cielo, en cuanto a similitud de amor circulante entre las personas, era la familia formada por un papá-varón y una mamá-mujer y el hijo, como fruto del amor esponsal.  
Otra razón de su validez universal como ejemplo y modelo radica en el hecho de que la Sagrada Familia representa el summum de la perfección para toda familia humana, tanto en su ontología –su “ser” familia- y en su espiritualidad –en su santidad-. Esto quiere decir que, tal como está constituida –papá-varón, mamá-mujer, hijo que es fruto del amor esponsal, aunque San José es esposo legal de María y padre adoptivo del Niño Dios- y en razón de la santidad de sus integrantes –Jesús es Dios Hijo y por lo tanto, la santidad increada en sí misma; la Virgen y Madre de Dios es la Santísima Virgen María, concebida sin mancha de pecado y llena de gracia; San José es el Varón casto, puro y virgen, lleno él también de gracia y de vida divina-, la Familia de Nazareth es el lugar terreno y el modelo humano en el que se actualiza, se perpetúa y se prolonga, entre las personas que forman el núcleo familiar, la circulación del Amor de Dios, el Espíritu Santo, así como este mismo Amor circula, como en círculos de flujo continuo e ininterrumpido, entre las Personas Divinas de la Trinidad. En otras palabras, si podemos decir que la Santísima Trinidad es “como una familia”, en el sentido de que está formada por personas –las Tres Divinas Personas- unidas por el Amor –el Amor de Dios, el Espíritu Santo-, la Sagrada Familia de Nazareth es la prolongación, en la tierra, de esta familia trinitaria, ya que está formada por personas –San José, la Virgen y el Niño-, entre las cuales circula el Amor de Dios, el Espíritu Santo, y es a esto a lo que el Papa Juan Pablo II se refería cuando llamaba a la Familia de Nazareth la “Trinidad terrena”. No hay ninguna estructura humana, que refleje a la perfección a la Trinidad Santísima, como la Trinidad terrena, que es la Familia de Nazareth, formada por Jesús, José y María. Pero la Sagrada Familia no solo refleja a la Trinidad, sino que comunica de la santidad de las Tres Divinas Personas a todos los integrantes de las familias humanas, con lo cual la Familia de Nazareth es fuente de salvación para los hombres.
Estas son, entonces, las dos razones por las que la Familia de Nazareth es el modelo y ejemplo insuperable de vida y santidad: porque es la Trinidad terrena y porque es fuente de eterna salvación.
En una época en la que la humanidad, llevada por la ideología de género, llama “familia” a uniones contrarias a la naturaleza humana –por ejemplo, las uniones formadas por dos varones, dos mujeres, dos transexuales, o uniones en las que el hijo se obtiene por FIV y alquiler de útero, etc.-, es más imperioso que nunca, por el bien y la supervivencia misma de la raza humana, no solo dejar de lado de manera categórica a la ideología de género, sino tomar como único ejemplo de modelo familiar, de vida y santidad, a la Sagrada Familia de Nazareth.


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