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martes, 25 de octubre de 2011

El Reino es como un árbol donde anidan los pájaros



“El Reino es como un árbol donde anidan los pájaros” (cfr. Lc 13, 18-21). Jesús compara al Reino de los cielos con un grano de mostaza: siendo éste inicialmente pequeño, luego crece de tal manera, que se convierte en un frondoso árbol, en donde los pájaros del cielo van a hacer nido en sus ramas.

Es la idea de algo que, siendo muy modesto y pequeño al inicio, luego crece de forma desmesurada: una semilla aumenta su tamaño cientos de miles de veces hasta convertirse en un árbol, y es tan grande, que da lugar a que los pájaros del cielo aniden en él.

Esta figura puede aplicarse al alma sin la gracia divina, y con la gracia divina: sin la gracia, el alma es pequeña, insignificante, como pequeño e insignificante es un grano de mostaza, lo cual quiere decir que posee únicamente su limitada y mortal vida humana: conoce, ama, actúa y vive con la estrechez de su naturaleza humana; por el contrario, con la gracia divina, el alma se agiganta de forma desmesurada, puesto que comienza a participar de la vida divina, y así el alma es divinizada por la gracia, de modo tal que deja de vivir una vida puramente humana, para comenzar a vivir, ya desde esta tierra, una vida divina, celestial y sobrenatural.

Si el grano de mostaza que se convierte en árbol es el alma humana en gracia; ¿qué representan los pájaros que anidan en sus ramas?

Los pájaros del cielo, que hacen nido en las ramas del árbol, representan a las Tres Personas de la Trinidad, que inhabitan en el alma en gracia: así como los pájaros encuentran su reposo y su contento en las frondosas ramas, y demuestran su contento con su trinar, así las Personas de la Trinidad encuentran su reposo y su contento en el alma en gracia, y Dios Uno y Trino lo demuestra comunicándole algo más grande que el canto de un pájaro, y es la vida y el amor divinos.

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