Cristiano, católico, reflexiona por un momento y detente a pensar: la Navidad NO ES una fiesta al estilo de las fiestas mundanas; la Navidad NO ES una ocasión para festejar por festejar; la Navidad NO ES una ocasión para el encuentro con familiares y amigos; la Navidad NO ES una ocasión para la diversión; la Navidad NO ES un motivo para reír, danzar, hablar mundanidades, pensar en banalidades. La NAVIDAD es el misterio del Nacimiento, en el tiempo y en el espacio, del Hijo de Dios encarnado, que nace por obra del Espíritu Santo del seno de la Virgen Madre, para venir a salvarnos del pecado, de la muerte y del Infierno. Católico, no conviertas a la Navidad, el misterio del Nacimiento del Hijo de Dios encarnado, en una navidad pagana, en una fiesta mundana. Es preferible que no celebres la Navidad, antes que profanar una celebración sagrada, que es eminentemente espiritual y que es causa de alegría, pero de alegría espiritual y no mundana y la causa de la alegría en Navidad es que ha nacido, en el tiempo y en la historia humana, el Hijo de Dios, que ha venido para llevarnos al Cielo. Si no estás convencido de esta verdad, no celebres la Navidad, no contribuyas a la paganización de la Navidad. La Navidad es una fiesta católica, cristiana y no un festejo mundano, pagano.
Adorado seas, Jesús, Cordero de Dios, Segunda Persona de la Santísima Trinidad, Dios oculto en el Santísimo Sacramento del altar. Adorado seas en la eternidad, en el seno de Dios Padre; adorado seas en el tiempo, en el seno de la Virgen Madre; adorado seas, en el tiempo de la Iglesia, en su seno, el altar Eucarístico. Adorado seas, Jesús, en el tiempo y en la eternidad.
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