(Solemnidad de la Santísima Trinidad - Ciclo A – 2023)
La
Santísima Trinidad, es decir, la constitución íntima de Dios como Uno y Trino,
es una auto-revelación de Dios en Cristo. Hasta Cristo Jesús, los judíos, integrantes
del Pueblo Elegido sabían, por revelación divina, que Dios era Uno; a partir de
Cristo, los integrantes del Nuevo Pueblo Elegido, que son los bautizados en la
Iglesia Católica, saben que Dios es Uno y Trino, es decir, Uno en naturaleza y
Trino en Personas; saben además que la Persona Segunda de la Trinidad, Dios Hijo
encarnado en la naturaleza humana de Jesús de Nazareth, continúa y prolonga su
Encarnación en la Sagrada Eucaristía. La Trinidad de Personas en un Dios que es
Uno, es lo que se llama “misterio sobrenatural absoluto” de Dios, al igual que
la Encarnación del Verbo en el seno de la Virgen por obra del Espíritu Santo.
Esto significa que si Dios Hijo, Jesucristo, no
hubiera revelado cómo es Dios en su intimidad -un solo Dios en Tres Divinas
Personas, las Tres Divinas Personas compartiendo el mismo y único Acto de Ser
divino trinitario y una única naturaleza divina trinitaria-, jamás el hombre
podría haber llegado a saberlo. Lo único a lo que puede llegar la razón humana
-con mucho esfuerzo y con mucho amor a la Verdad-, como dicen Aristóteles y
Platón, es a concluir que Dios es Uno. Pero que Dios sea Uno y Trino lo sabemos
sólo por la revelación de Nuestro Señor Jesucristo, es decir, por la auto-revelación
de Dios en Cristo. La Trinidad de Personas, la Encarnación del Verbo y la continuación
y prolongación de su Encarnación en el Santísimo Sacramento del altar,
constituyen lo que se denomina “misterios de la fe”, misterios que deben ser
creídos sin modificarlos de ninguna manera, puesto que eso sería apartarse de
la Santa Fe Católica.
Otro elemento a tener en cuenta es que sólo la Iglesia
Católica, la Esposa Mística del Cordero, cree en un Dios Uno y Trino y que el
Verbo se ha encarnado para la salvación de los hombres, por lo que ninguna otra
religión en la tierra tiene la plenitud absoluta de la Verdad Absoluta de Dios,
que no sea la religión católica. Solo la Iglesia Católica, continuadora de la
Revelación divina dada al Pueblo Elegido, Pueblo que por esta Revelación creía
en un solo Dios, en Dios Uno, es la poseedora de la plenitud de la Revelación y
de la Verdad Absoluta acerca de Dios como Uno y Trino, porque es la Iglesia
Católica la que custodia la auto-manifestación de Dios como Uno en naturaleza y
Trino en Personas, a través del Hijo de Dios, Jesús de Nazareth, la Segunda
Persona de la Trinidad encarnada, que continúa y prolonga su Encarnación en la
Sagrada Eucaristía.
Ahora bien,
esta Trinidad de Personas no son indiferentes a nuestro destino, sea en lo personal,
como en el hecho de ser integrantes de la especie humana: la Trinidad Santísima,
las Tres Divinas Personas que forman un solo Dios, está empeñada en obtener la
salvación de los hombres y esto lo hace a través del misterio salvífico de
Jesucristo: Dios Padre es quien traza el plan de salvación, enviando a Dios
Hijo, por el Amor de Dios Espíritu Santo, a sufrir su Pasión y Muerte en cruz,
para luego resucitar y así salvar a la humanidad por medio de la Sangre del
Cordero, distribuida entre los hombres por medio de los Sacramentos, sobre todo
la Confesión y la Sagrada Eucaristía.
Por último,
en el misterio de la Trinidad, se debe tener en cuenta que, si bien la Trinidad
Santísima está empeñada en salvar al hombre, hay otra trinidad, una trinidad
blasfema y sacrílega, una trinidad satánica formada por Satanás, el Falso
Profeta y el Anticristo, que están empeñadas en la perdición del hombre, en su
eterna condenación. La trinidad satánica se sirve de diversos métodos para
perder a la humanidad, por ejemplo, a través del relativismo -no existe Verdad
Absoluta, sino relativa, cada uno tiene su propia verdad-, el liberalismo, el
marxismo ateo, el comunismo genocida, el socialismo, el ateísmo teórico y
práctico, y en el plano de la espiritualidad, mediante la falsa espiritualidad
de la Nueva Era, que es la religión del Anticristo, en donde se engloban sectas
diversas, que van desde la ufología hasta el ocultismo y el satanismo, pasando
por el espiritismo y la biodecodificación.
Es
necesario conocer los engañosos caminos de la tríada satánica, para no caer en
ellos y, en cambio, seguir el plan de salvación que la Santísima Trinidad ha
dispuesto para cada uno de nosotros en Cristo Dios, Jesús Eucaristía, Nuestro Dios
y Redentor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario