“Muchos vendrán usurpando mi nombre” (Lc 21, 5-11). Ante la pregunta de cuándo
será la Segunda Venida del Mesías, Jesús no responde dando fechas, sino que
responde dando señales acerca de las cosas que sucederán cuando Él esté próximo
a su Segunda Venida. Una de estas señales es la aparición de falsos mesías, de
fundadores de sectas que se usurparán el nombre de Cristo y se harán pasar por
Él. En nuestros días, abundan las sectas en las que sus fundadores afirman que
son Cristo, el Mesías, que han venido para salvar a la humanidad. Entre otras
sectas, se encuentran las siguientes[1]:
la Suprema Orden Universal de la Santísima Trinidad (SOUST), cuyo líder se hace
llamar “INRI Cristo”; una secta en la que el supuesto Jesús es de color negro y
se hace llamar Bupete Chibwe Chishimba, afirmando ser Jesús resucitado; Alan
John Miller, líder de la secta Verdad Divina de Kingaroy, Australia, quien se
presenta con su amante, que se hace llamar María Magdalena y cuyo verdadero
nombre es Mary Luck; otra secta es la fundada por el peruano Ezequiel Ataucusi
Gamonal, quien fundó la Iglesia Israelita del Nuevo Pacto Universal y decía ser
un enviado de Dios para transformar el mundo: cuando murió, sus numerosos
fieles depositaron su cuerpo en una urna y se sentaron a esperar y al ver que
al tercer día no resucitaba, lo enterraron, aunque Ezequiel Ataucusi dejó un
hijo, llamado Ezequiel Jonás, que tuvo la ocurrencia de decir que su padre había
resucitado en él, auto-coronándose como Jonás DIOS de Israel; en Rusia, Sergey
Torop afirmó tener una revelación por la cual se convirtió en Vessarion, “la
reencarnación de Jesucristo” (sic). Y así, podríamos seguir, contando por
decenas y decenas las sectas en las que sus fundadores se hacen llamar Cristo y
se auto-proclaman como el Redentor.
“Muchos vendrán usurpando mi nombre”. Ante esta
constatación, nos podemos preguntar: ¿estamos en los tiempos próximos a la
Segunda Venida de Cristo? No lo sabemos, pero lo que sí sabemos es que al menos
una de las señales dadas por el mismo Cristo en Persona, se está dando en
nuestros días y es la proliferación de falsos mesías. Un motivo más para estar “vigilantes
y atentos”, como el siervo atento de la parábola, que espera a su amo con la
vela encendida y la túnica ceñida. Hoy más que nunca, debemos tener encendida
la luz de la fe y estar con las túnicas ceñidas, es decir, debemos obrar obras
de misericordia, en la espera de la Segunda Venida en la gloria de Nuestro
Señor Jesucristo.
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