“La Verdad os hará libres” (Jn 8, 31-42). Jesús
les dice a los judíos que “la Verdad los hará libres”, pero los judíos se
ofenden puesto que no se consideran esclavos de nadie, al ser de la
descendencia de Abraham.
La razón del desencuentro entre Jesús y los judíos es
que Jesús les está hablando de la esclavitud del pecado, esclavitud de la cual
la Ley mosaica no puede liberar. Los judíos creían que por el solo hecho de ser
descendencia de Abraham y de observar la Ley mosaica, quedaban purificados, es
decir, libres de pecado. Pero lo que no tienen en cuenta es que ni el hecho de
ser descendientes de Abraham, ni el hecho de cumplir la Ley de Moisés, nada de
eso puede quitar el pecado, que es una mancha de orden espiritual. El pecado es
oscuridad espiritual que ciega espiritualmente al hombre y lo aleja de la
Presencia de Dios, quitándole su amistad y convirtiéndolo en su enemigo y por
el hecho de ser de orden espiritual, no puede ser quitado por la Ley de Moisés,
ya que esta no tiene poder para hacerlo. El pecado no solo aleja al hombre de Dios,
sino que lo esclaviza, porque es una fuerza maligna que, anidando en lo más
profundo del ser del hombre, lo obliga a dirigirse en una dirección contraria a
la de Dios y es en este sentido en el que Jesús les hace ver que el pecado hace
esclavo al hombre.
Debido a la
naturaleza eminentemente espiritual del pecado, este puede ser quitado del alma
del hombre sólo por una fuerza espiritual que sea superior a la del pecado y
esta fuerza solo la posee Dios, quien es omnipotente y además, es lo diametralmente
opuesto al pecado, ya que es la Santidad Increada en Sí misma. A esto se
refiere Jesús cuando le dice a los judíos: “La Verdad os hará libres”, porque “la
Verdad” es Él, es decir, Jesús, al ser la Segunda Persona de la Trinidad, al
ser Dios Hijo encarnado, es la Sabiduría Divina y es la Verdad Divina, es la
Palabra eternamente pronunciada por el Padre, Palabra que contiene en Sí la
infinita Sabiduría de Dios y la Verdad Absoluta de Dios. Esta es la razón por
la cual sólo Dios puede quitar el pecado: porque es la Santidad Increada y porque
es la Verdad Increada y Eterna y en cuanto tal, posee no solo la omnipotencia
divina, sino la superioridad absoluta de la Santidad Divina por encima del pecado,
originado en el corazón del hombre.
“La Verdad os hará libres”. Mientras el pecado, que se
origina en la profundidad de nuestro ser y de nuestro corazón, nos hace
esclavos por cuanto nos encadena a las pasiones y al error, solo Jesucristo, la
Sabiduría y la Verdad Absolutas de Dios, nos hace libres, rompiendo las cadenas
del pecado y concediéndonos la libertad plena, total y verdadera de los hijos
de Dios. Hemos sido creados para ser libres en la Verdad y no para ser esclavos
de las pasiones y del error, por lo tanto, para no frustrar el plan de Dios
para nosotros, sigamos a Jesús, Camino, Verdad y Vida, cargando nuestra cruz,
hasta el Calvario, para recibir la Libertad absoluta por medio de la Sangre del
Cordero.
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