“Sean
astutos como serpientes y sencillos como palomas” (Mt 10, 16-23). Jesús
da un consejo a su Iglesia misionera y para ello utiliza las imágenes de dos
animales: una serpiente y una paloma: “Sean astutos como serpientes y sencillos
como palomas”. La razón es que la misión se ha de desarrollar en el mundo y el
mundo está regido, desde el pecado original, por el “Príncipe de este mundo”,
el Ángel caído, como Jesús mismo lo dice y el Príncipe de este mundo, el Demonio,
no se guía por la Verdad y el Bien, sino por la Mentira y el Mal, los cuales
deben ser combatidos. Porque se guía por la mentira y el mal, la Iglesia que
misiona en el mundo es comparada por Jesús a “ovejas en medio de lobos”: “Os
envío como a ovejas en medio de lobos”. Esto es así porque la Iglesia de Jesús
no puede, de ninguna manera, utilizar los mismos instrumentos que utiliza el
Demonio y los hombres malvados a él asociados, esto es, la mentira y el mal: la
Iglesia se guía por Jesús y su Espíritu, que es un espíritu de Verdad y no de
mentira; es un espíritu de santidad y bondad y no de maldad y engaño. Entonces,
para que la Iglesia no sea derrotada en su tarea misionera, es que Jesús
advierte a sus discípulos y les aconseja que posean las virtudes de dos
animales, la serpiente y la paloma: “Sean astutos como serpientes y sencillos
como palomas”. La Iglesia misionera debe estar prevenida contra la astucia de
la Iglesia de Satán y por eso debe ser ella misma astuta –“sean astutos como
serpientes”-, pero también debe estar prevenida contra el orgullo del mal, para
no caer en él, y por eso debe tener la virtud de la humildad y la sencillez –“sean
sencillos como palomas”-. Es muy difícil y muy arduo luchar contra la mentira,
la calumnia, la difamación, el orgullo, pero la Iglesia no está desamparada,
aun cuando se encuentre en el mundo en aparente estado de indefensión, “como
ovejas entre lobos”: su defensa serán la astucia, guiada por la Verdad de
Cristo, la humildad, también participada de Cristo, y la asistencia del
Espíritu Santo, asistencia prometida por el mismo Cristo: “el Espíritu de su
Padre hablará en ustedes”.
“Sean
astutos como serpientes y sencillos como palomas”. En nuestra tarea de anunciar
el Reino de Dios, debemos enfrentarnos a la astucia y a la mentira del Príncipe
de este mundo y de los hombres malvados a él asociados; estamos prevenidos por
Jesús y estamos seguros de la asistencia de su Espíritu, el Espíritu del Padre
y del Hijo, el Espíritu Santo, y por eso estamos seguros de que en la lucha
contra las fuerzas del mal, saldremos victoriosos en el Nombre de Jesús.
Gracias
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