¿Por qué razones es
que Dios Hijo, siguiendo las indicaciones del Padre y llevado por el Espíritu Santo,
decide encarnarse y manifestarse ante los hombres como un niño humano, siendo que
Él es Dios y no deja de serlo por la Encarnación y Nacimiento? ¿Cuál es la razón
que explica que Él, siendo un Dios omnipotente y todopoderoso, decide
manifestarse como un niño humano recién nacido, completamente indefenso?
¿Qué es lo que
explica que Dios, siendo la Vida Increada en sí misma y autor de toda vida
participada, decida encarnarse en el seno de la Virgen, en donde tiene
necesidad de recibir todo el soporte vital hasta el día de su Nacimiento, y
sigue necesitando de la ayuda de su Madre para subistir, aun después de nacer?
¿Por qué si Dios,
que es Invisible e inhabita en una luz inaccesible, decide libremente venir a
este mundo de tinieblas, para hacerse visible encarnándose en un cuerpo y en un
alma humanos, para que todos los hombres puedan ver la gloria del Dios
Inaccesible?
Una de las
principales razones por la que el Dios Invisible decide hacerse visible como un
niño humano es que viene para redimir al hombre de su pecado, para adoptarlo
como Hijo de Dios, siendo de esta manera su Redentor y Salvador. Ahora bien, el
Niño Dios no ha venido sólo para perdonarnos nuestros pecados, sino ante todo
para donar al mundo el Amor de Dios, el Espíritu Santo. El don del Espíritu
Santo a la Iglesia es el fin último de la Encarnación, Nacimiento y misterio
pascual de Dios Hijo hecho Niño.
Es decir, el Niño
Dios no viene a este mundo a perdonar los pecados y luego retornar a su cielo
de gloria: viene para, mediante su sacrificio en cruz, su muerte y
resurrección, donar al mundo el Amor de Dios, el Espíritu Santo, para que sea
el Amor de Dios el que reine en los corazones de los hombres de toda la tierra.
Fue el Amor de Dios
el que trajo al Hijo de Dios a este mundo y este Niño Dios, que abre sus
bracitos en la cuna de Belén, donará al Espíritu Santo cuando suba a la cruz,
siendo ya adulto y cuando permita que su Corazón Sagrado sea traspasado en la
cruz, después de muerto. Entonces habrá completado la efusión del Espíritu
Santo, con la efusión de la Sangre de su Sagrado Corazón traspasado en la cruz.
Ya desde Belén el
Niño efunde el Amor del Padre, pero esa efusión será completa y universal
cuando ya de adulto suba a la cruz y permita que su Sagrado Corazón sea
traspasado.
El Niño de Belén,
además de perdonar los pecados, viene para donar el Amor de Dios, el Espíritu
Santo, a los hombres, a todos los hombres que ingresen en su Iglesia y lo hará
cuando su Corazón sea traspasado en la cruz, aunque ya lo empieza a dar desde
el Belén y también cada vez que se dona a las almas como Pan Vivo bajado del
cielo.
Y al final de los
tiempos, cuando el Niño de Belén, convertido ya en Hombre-Dios, venga sobre los
cielos en un caballo blanco cubierto con el manto coloreado de
púrpura por su sangre derramada en la cruz, buscará en las almas el Espíritu Santo, el Amor
de Dios que Él vino a traer en el Portal de Belén.
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