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sábado, 6 de noviembre de 2021

“Donde hay un cadáver, se juntan los buitres”

 


“Donde hay un cadáver, se juntan los buitres” (Lc 17, 26-37). Jesús revela qué es lo que sucederá en los tiempos inmediatos precedentes a su Segunda Venida en la gloria: en síntesis, será de tal manera tan inesperada su Segunda Venida, que la humanidad entera vivirá “naturalmente”, como si Dios no existiera, como si Dios no fuera nunca a volver para juzgar a vivos y muertos. Para dar una idea del estado de la humanidad antes de su Venida en la gloria, Jesús cita la época del diluvio y la destrucción de Sodoma y Gomorra: en ninguno de estos casos se esperaba el Juicio de Dios y el Juicio de Dios llegó en forma de agua y de fuego. De la misma manera sucederá en la Segunda Venida de Jesús: la humanidad estará inmersa en el pecado y sin pensar siquiera en Dios y es entonces cuando Jesús vendrá por Segunda Vez. Pero a esta Venida se le agrega algo o alguien que no estaba presente en tiempos de Noé y de Lot: el Anticristo, señalado por Cristo como el “cadáver”, y sus falsos profetas, los “buitres” que se reúnen en torno al cadáver: “Donde hay un cadáver, se juntan los buitres”. ¿Por qué el Anticristo es descripto con la figura de un cadáver? Porque el Anticristo está muerto espiritualmente. En otras palabras, el cadáver, desde un punto de vista espiritual, es el Anticristo, un hombre, una persona humana, que no solo no posee la gracia santificante y por eso está muerto espiritualmente, sino que además está poseído por Satanás y por eso está muerto doblemente desde el punto de vista espiritual. El Anticristo, hombre elegido por Satanás para ser su anti-mesías entre los hombres, obrará multitud de falsos prodigios y se hará pasar por el mismo Cristo, para confundir aún a los elegidos. Será un cadáver espiritual y así como un cadáver hiede por la descomposición orgánica, así el Anticristo esparcirá olor a podredumbre por dondequiera que vaya, ya que no tiene la “exquisita fragancia de Cristo”. Y así como alrededor de un cadáver se reúnen los buitres, para alimentarse de su cuerpo en descomposición, así alrededor del Anticristo se reunirán los hombres perversos, cuya malicia y perversidad superará incluso a las de los mismos demonios del Infierno y se reunirán alrededor del Anticristo para alimentarse del alimento putrefacto de sus malignas mentiras y venenosos engaños.

Si los buitres se reúnen alrededor del cadáver, los hijos de Dios deben levantar vuelo, como las águilas, en dirección al Sol de justicia, Cristo Eucaristía.

jueves, 13 de noviembre de 2014

“Donde esté el cadáver, se juntarán los buitres”


“Donde esté el cadáver, se juntarán los buitres” (Lc 17, 26-37). Jesús no dice “cuándo” será su Segunda Venida, pero sí dice “cómo” será el ambiente o el clima moral y espiritual que reinará en los días inmediatamente anteriores a su Segunda Venida en la gloria o Parusía. Para ello, trae a la memoria los días previos a dos grandes castigos divinos a la humanidad: los días previos al Diluvio Universal y los días previos al Diluvio de Fuego que se abatió sobre las ciudades de Sodoma y Gomorra. Jesús dice que, antes de su Segunda Venida, el clima moral y espiritual que reinará en la humanidad, será el de la despreocupación total y absoluta acerca de la Ley y de los Mandamientos de Dios, tal como sucedía en los tiempos previos al Diluvio Universal y al castigo de Sodoma y Gomorra. En los días inmediatamente anteriores a su Segunda Venida, los hombres vivirán en un clima de desprecio absoluto de Ley Divina, ya que eso es lo que está significando Jesús, al citar estos dos ejemplares castigos bíblicos. Jesús quiere hacer ver que la humanidad entrará en un período de oscuridad espiritual tan grande, que será incapaz de observar los Mandamientos de Dios y por eso se hará merecedora de un castigo que superará a los dos castigos bíblicos mencionados, el Diluvio y la lluvia de fuego que cayó sobre Sodoma y Gomorra.
El castigo a la relajación moral y espiritual de la humanidad será tan grande, que la mitad de la humanidad será aniquilada, y es eso lo que está significado cuando Jesús dice que “dos mujeres estarán moliendo juntas y una será llevada y otra dejada”. Los discípulos le preguntan por el lugar en donde sucederá el castigo: “¿Dónde sucederá eso?” y Jesús les responde enigmáticamente: “Donde esté el cadáver, se juntarán los buitres”. Con esta respuesta, Jesús, con toda probabilidad, está indicando el epicentro del castigo divino, que se centrará en el Anticristo, que para ese entonces, habrá tomado, con la permisión divina, el poder del mundo. El Anticristo es “el cadáver”, por cuanto está muerto a la gracia de Dios, y así se opone a Cristo, quien está pleno de la Gracia Divino, por cuanto Él es la Vida Increada en sí misma. En este sentido, los buitres, son los seguidores del Anticristo, los que se alimentan de sus falsas enseñanzas, que son enseñanzas de muerte y de falsedad, así como los buitres se alimentan de los cuerpos en descomposición. Jesús compara al Anticristo con un cadáver en descomposición, con un cuerpo muerto, lleno de putrefacción y de gusanos, al cual rodean buitres, que se alimentan de su carne, que es carne de carroña, carne engusanada, carne en pleno proceso de descomposición, llena de gusanos, de moscas y de insectos que crecen en los cadáveres. El Anticristo es un cadáver, porque está muerto a la gracia de Dios, y los que lo siguen, son como buitres, porque se alimentan de sus falsas enseñanzas, que son todas mentiras, falacias, medias verdades, que para el alma, son engaños que intoxican y matan al espíritu con la falsedad y la mentira. Por eso es que Jesús dice: “Donde esté el cadáver, se juntarán los buitres”. Antes de su Segunda Venida, el Anticristo será reconocido, por sus mentiras, por sus falacias, por sus engaños, pero todas estas mentiras, falacias y engaños, las dirá dentro de la Iglesia, porque pretenderá hacerse pasar por el verdadero Cristo y podrá ser reconocido, porque será rodeado por los buitres, es decir, por aquellos aduladores que serán tan falsos y negadores de la Verdad, como él mismo.

“Donde esté el cadáver, se juntarán los buitres; donde esté el Cuerpo, se juntarán las águilas”. Si el Anticristo, el hombre muerto a la gracia de Dios, es el cadáver alrededor del cual se juntan los buitres, es decir, los hombres de Iglesia falsarios y mentirosos, para alimentarse de la carroña de sus mentiras, la Eucaristía es el Cuerpo glorioso de Cristo, alrededor del cual vuelan a posarse en adoración las águilas, es decir, las almas de los que aman y adoran al Hombre-Dios Jesucristo, para alimentarse del alimento exquisito que es el Amor de su Sagrado Corazón Eucarístico. Mientras los buitres se alimentan de la carroña del cuerpo muerto del Anticristo, las águilas, las almas de los adoradores eucarísticos, vuelan en dirección al Sol Eucarístico, Jesús, para alimentarse de su Amor eterno, en la espera gozosa de su Segunda Venida en la gloria.

viernes, 15 de noviembre de 2013

“Donde esté el cadáver, se juntarán los buitres”


“Donde esté el cadáver, se juntarán los buitres” (Lc 17, 26-37). Jesús revela que el Día de su Segunda Venida será similar al diluvio en tiempos de Noé, cuando la gente “comía y bebía, compraba y vendía, plantaba y construía”, pero apenas Noé entró en el arca, cayó el diluvio que “mató a todos” y será también como el día del castigo de Sodoma, en el que cayó “una lluvia de fuego y azufre que los mató a todos”, apenas Lot salió de Sodoma.
Esta profecía de Jesús nos hace ver que en los tiempos previos al Día de la Segunda Venida de Jesús, la humanidad tendrá un comportamiento similar al comportamiento en tiempos de Noé y de Lot, es decir, la humanidad vivirá “como si Dios no existiera”, tal como lo hacía en tiempos de Noé y de Lot.
Hoy vivimos en tiempos infinitamente peores a los de Noé y a los de Lot, porque en la Antigüedad no se había producido todavía la Encarnación del Hijo de Dios y por lo tanto no se conocía su Revelación, con lo cual la culpa de los paganos se atenúa en cierto grado; en cambio, en nuestros días, ya producida la Encarnación y conocida la Revelación de Jesucristo, la humanidad no solo ha renegado del Hijo de Dios, sino que se ha volcado a un neo-paganismo mucho más agresivo, destructor y diabólico que el de la Antigüedad, porque a través de este neo-paganismo, el hombre adora a los modernos dioses paganos que, prometiendo felicidad, son portadores en cambio de tristeza, dolor, amargura, pesar y muerte, no solo física, sino también eterna. Hoy se adora al ídolo de la ciencia sin conciencia y sin Dios; hoy se adora al ídolo de la adolescencia y de la juventud, endiosándose a un estado fugaz de la existencia humana y pretendiendo que en ese estado está la felicidad humana; hoy se adora al ídolo del dinero, olvidando el hombre la advertencia de Jesús: “No se puede servir a Dios y al dinero”, y en pos del dinero, no duda en cometer los peores crímenes; hoy se adora al ídolo de la lujuria, profanando el cuerpo humano de todas las maneras posibles, olvidando que el cuerpo es “templo del Espíritu Santo” y que al profanarlo, se profana a la Persona del Espíritu Santo que mora en él; hoy se adora al ídolo de la muerte, en cuyo honor se aprueban leyes que asesinan a los niños en el seno materno, apenas concebidos, y se otorga licencia para asesinar a los que están en estado terminal, como si el hombre fuera el dueño de la vida y de la muerte, olvidando que solo Dios es el Creador de toda vida y es quien llama ante su Presencia cuando Él lo decide.
“Donde esté el cadáver se juntarán los buitres”. Jesús no dice “cuándo” sucederá su Segunda Venida, sino “dónde”, y su respuesta es enigmática: “Donde esté el cadáver se juntarán los buitres”. El cadáver indica algo sin vida y en estado de putrefacción; trasladado al mundo del espíritu, significa el Anticristo, cuya alma está muerta a la gracia de Dios; los buitres, a su vez, simbolizan a los hombres que se alimentan del cuerpo en descomposición, es decir, los hombres malvados y perversos que se alimentan del mal y son sus seguidores.

“Donde esté el cadáver se juntarán los buitres”. A diferencia de los seguidores del Anticristo, que como buitres se alimentan de las miasmas del mal, los cristianos deben alimentarse de la substancia divina contenida en el Cuerpo del Cordero, y como las águilas que remontan vuelo en dirección al sol, así los cristianos deben volar hacia donde se encuentra el Sol de justicia, Jesús en la Eucaristía, para alimentarse de su Amor.

jueves, 15 de noviembre de 2012

“Donde esté el cadáver allí se juntarán los buitres”



“Donde esté el cadáver allí se juntarán los buitres” (Lc 17, 26-37). Jesús instruye a sus discípulos acerca del Día del Juicio Final, y da señales de cómo será este día, llamado “Día de la ira de Dios”: será similar a los días de Noé, en los que la gente “comía, bebía y se casaba”, hasta que llegó el Diluvio; será similar a los tiempos de Lot: “se comía y se bebía, se compraba y se vendía, se plantaba y se construía”, hasta que llegó la lluvia de fuego.
Las dos referencias a grandes personajes bíblicos como Noé y Lot, dan cuenta del estado de la humanidad en los tiempos inmediatamente anteriores a la manifestación de Jesús como Justo Jueza de la Humanidad: las actividades de “comer, beber, plantar, construir”, con las que se describen los períodos bíblicos de Noé y de Lot, hacen referencia a un estado de la humanidad en el que todo estará aparentemente en calma, en donde la actividad material del hombre será plena, y en donde el consumismo materialista estará en su auge. Esto indica despreocupación de Dios y ausencia hasta de su idea por parte de los hombres, puesto que las actividades son puramente exteriores, y este olvido de Dios será lo que desencadenará los castigos. Pero hay algo todavía más grave, una consecuencia del olvido de Dios, y es la adoración idolátrica del hombre por el hombre mismo, significado en la mención a Sodoma y Gomorra.
En síntesis, la situación de la humanidad será como en tiempos de Noé y Lot, tiempos caracterizados por el ateísmo teórico y práctico, por el desprecio de Dios y de sus leyes, por la exaltación del consumismo materialista como único objetivo de la vida y, lo más grave de todo, por la elevación a la categoría de derecho humano a las más aberrantes perversiones contra la naturaleza. Y de la misma manera a como la humanidad fue purificada por el agua, en tiempos de Noé, y por el fuego, en tiempos de Lot, así también, en el Día del Hijo del hombre, la humanidad será purificada por el agua y el fuego: la humanidad regenerada por la lluvia de la gracia, que actuará sobre los buenos, y por el fuego abrasador caído del cielo, probablemente detonaciones nucleares provocadas por el mismo hombre, pero también alguna especie de castigo celestial para los impenitentes, que arrasarán corporal y materialmente a quienes no estén preparados.
Por último, la respuesta a la pregunta a la pregunta de los discípulos acerca de “dónde” sucederá esto, es enigmática, pero también significativa: “Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres”. El cadáver es un cuerpo sin vida, sin alma, y con esto se refiere Jesús al Anticristo, persona humana que, aunque esté vivo naturalmente, está muerto a la vida de Dios, a la vida de la gracia, y por eso despide el hedor de la muerte; los buitres, serán los precursores del anticristo, los falsos profetas, los falsos mesías, entre los primeros, los fundadores de sectas, que de la misma manera a como un buitre, animal carroñero, está cerca del cadáver para alimentarse de sus miasmas, así estarán cerca del Anticristo, para alimentarse de sus doctrinas falsas.
Pero hay otra señal, indicativa del fin, venida esta vez del Cielo: si alrededor del cadáver se juntan los buitres, si alrededor del Anticristo se juntan los falsos profetas y falsos mesías, alrededor del Cuerpo de Cristo se juntan las águilas. Y al igual que los discípulos, preguntamos: “¿Dónde sucederá esto? ¿Dónde se juntarán las águilas?”: las águilas, los adoradores del Hombre-Dios, volarán alrededor del altar eucarístico, alrededor del sagrario, donde está el Cuerpo de Jesús.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Donde se reúnen los buitres allí está el cuerpo



“Donde se reúnen los buitres allí está el cuerpo” (cfr. Lc 17, 26-37). Jesús usa la imagen de los buitres que se acercan a un cuerpo muerto, para indicar al Anticristo, el cual se hará presente al fin de los tiempos: los buitres son animales carroñeros, y su cercanía indica la presencia de un cuerpo en descomposición. El Anticristo es como un cuerpo muerto, fétido, en descomposición, al cual le afloran las miasmas y la podredumbre, porque se encuentra privado de la gracia de Dios, y por eso es señalado como Jesús como cuerpo rodeado de buitres. Estos, los buitres, indican a su vez a aquellos que se han dejado seducir y marcar con la marca de la bestia, y siguen sus mandamientos, el primero de los cuales es: “haz lo que quieras”.

Allí, donde esté el Anticristo, estarán cerca suyo los buitres, es decir, los hombres que libremente decidieron por el mal, en contra de Dios y sus Mandamientos.

Pero así como al Anticristo le siguen los buitres, así a Cristo le siguen las águilas, animal noble que, en su majestuoso vuelo hacia el sol, puede ser figura de los discípulos de Cristo, y por lo mismo, en contraposición, y parafraseando a Jesús, podemos decir que “donde se reúnen las águilas, allí está el Cuerpo”, es decir, donde está el Cuerpo de Cristo resucitado, la Eucaristía, ahí hay almas adorando, puesto que las águilas son las almas amantes de Cristo Eucaristía.