viernes, 14 de julio de 2017

“Yo los envío como a ovejas en medio de lobos: sean astutos como serpientes y sencillos como palomas”


“Yo los envío como a ovejas en medio de lobos: sean astutos como serpientes y sencillos como palomas” (Mt 10, 16-23). Al enviar a sus discípulos a evangelizar, Jesús les hace una advertencia y les da un consejo: les advierte que en el mundo hay “lobos” y que ellos, en cuanto sus discípulos, son “ovejas”, con lo cual les hace ver el peligro que significa el mundo y el riesgo que corren en cuanto cristianos, pero al mismo tiempo les da un consejo para que puedan sobreponerse al peligro que significa enfrentar a los lobos y es que deben ser “astutos como serpientes y sencillos como palomas”.
¿A qué se refiere Jesús? La imagen que utiliza es muy fuerte, muy gráfica, muy sugerente: los cristianos, en medio del mundo y sin ser del mundo, anunciando el Evangelio, son como “ovejas en medio de lobos”, lo cual da una idea de lo desproporcionadas que son las fuerzas: una oveja, en medio de lobos, no tiene oportunidad alguna de sobrevivir, puesto que al lobo le basta una certera dentellada dirigida al cuello de la oveja, para quitarle la vida. Así sucede con los cristianos católicos cuando se enfrentan al mundo, y esto lo podemos comprobar todos los días: es más que evidente en los países en los que no hay persecución cruenta hacia el cristianismo, como por ejemplo, en las dictaduras comunistas de China, Corea del Norte, Cuba, la actual Venezuela, pero también se puede comprobar esta agresión hacia el cristianismo, por parte del mundo ateo y anti-cristiano, en los países liberales, en donde la persecución es incruenta. Los ejemplos sobran: ataques incendiarios a iglesias, profanación de imágenes católicas, acoso y agresión verbal y física por parte del lobby LGTBI a quienes simplemente defienden la ley natural, como por ejemplo, los cristianos que están detrás del bus de “Hazte Oír”; la aprobación de leyes pro-aborto, pro-eutanasia, pro-FIV, etc., por parte incluso de legisladores católicos que han apostatado de su fe, etc. En todos ejemplos cotidianos –y cientos más, todos los días-, podemos comprobar cómo sean ciertas las palabras de Jesús: “Yo los envío como a ovejas en medio de lobos”. Los lobos son quienes, consciente o inconscientemente, participan y responden del odio preternatural diabólico del Ángel caído a Dios Trino y su Mesías, Jesucristo; las ovejas, son los cristianos católicos que, escuchando la voz del Señor, se esfuerzan por propagar, en un mundo cada vez más hostil al cristianismo, el mensaje de salvación de Nuestro Señor Jesucristo.

Por último, el consejo de Jesús, de ser “astutos como serpientes y sencillos como palomas”, es vital para el cristiano, para no ser devorado por la intensa presión anti-cristiana del mundo del siglo XXI en el que vivimos. Pero hay algo que los cristianos debemos saber, y es que la astucia y la sencillez que nos pide Jesús, no depende de nosotros, sino que la recibimos de la gracia, que al comunicarnos la vida divina, nos comunica por eso mismo la sabiduría divina, la sencillez divina, la prudencia divina, y es así como, siendo ovejas, triunfamos sobre los lobos que responden al Lobo infernal, porque somos ovejas del pequeño redil del Sumo y Eterno Pastor Jesucristo, que es Quien nos protege.

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