lunes, 27 de febrero de 2012

Si no perdonan, el Padre del cielo no los perdonará



“Si no perdonan, el Padre del cielo no los perdonará” (Mt 6, 7-15). El cristiano debe perdonar porque él mismo ha sido perdonado por Dios Padre desde la Cruz, y por este motivo, el cristiano no tiene motivos para no perdonar a su prójimo.
Perdonar al hombre, a todo hombre, le ha costado a Dios Padre nada menos que la vida de su Hijo Dios, y por eso no puede obtener perdón ni misericordia quien no imita a Dios Padre, perdonando a su enemigo.
La advertencia va dirigida no tanto a los paganos, esto es, a quien no conoce a Cristo, sino a los cristianos, y de modo especial, a quienes se dicen a sí mimos “cristianos practicantes”, y mucho más a quienes alcanzan grados de compromiso elevados, como por ejemplo, quienes integran alguna asociación, alguna agrupación, algún movimiento o quienes se han consagrado a la Virgen.
Si estos cristianos, por el motivo que sea, no se muestran indulgentes para con su prójimo, perdonando sus fallas –o, al revés, pidiendo perdón si fueron ellos los que se equivocaron-, se convierten en lo que San Luis María Grignon de Montfort llama “devotos presuntuosos de la Virgen”, que esconden su soberbia bajo una capa de piedad y devoción.
Quien no perdona, comete un grave pecado de soberbia y al mismo tiempo desprecia la Sangre de Cristo, que la ha derramado en la Cruz precisamente para perdonarnos a todos, que éramos enemigos suyos por el pecado. Quien no perdona, y quien no pide perdón, llamándose “cristiano practicante”, ofende a Dios Padre, porque no quiere imitarlo en su gesto misericordioso; calumnia a su hermano, porque en la falta de perdón hay siempre un juicio negativo e infundado sobre el prójimo; y llena su corazón de negro resentimiento, aún cuando intente ocultarlo bajo un manto de piedad, asistiendo a Misa todos los días e incluso comulgando y confesando.
“Si no perdonan, el Padre del cielo no los perdonará”. Dios es infinitamente misericordioso, pero también infinitamente justo, y no puede dar misericordia a quien no es misericordioso con su prójimo, perdonándolo.

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