“¡Ay de ustedes!, porque no entran ni dejan entrar” (cfr. Lc 11, 47-54). Después de desenmascarar la hipocresía de los fariseos, los religiosos de su época –equivalentemente, son los sacerdotes o los laicos practicantes de la religión en nuestros días-, Jesús lanza una dura y severa advertencia a los doctores de la ley, es decir, a aquellos que presumen de conocer y practicar la ley de Dios –equivalentemente, serían también los sacerdotes y los laicos que se jactan de conocer los mandamientos, los preceptos de
El enojo de Jesús se enciende ante la hipocresía farisaica, y ante la falsedad de los doctores de la ley, hipocresía y falsedad motivadas por una sola causa: la dureza de corazón para con el prójimo: “descuidáis la justicia y el amor de Dios” (cfr. Lc 11, 42-46).
No les reprocha Jesús su religiosidad, sino que les dice que hay que hacer una cosa sin olvidar la otra: “Hay que practicar esto, sin descuidar aquello” (cfr. Lc 11, 42), pero lo que sucede es que lo que ellos olvidan, lo que ellos no practican, esto es, la compasión, la misericordia, el perdón, el amor a Dios y al prójimo, es lo esencial de la religión.
Si no existe caridad, sino existe compasión, si no existe perdón, la religión se convierte en un fraude a cara descubierta, en un latrocinio con los ojos abiertos, en una falsificación infame que daña a quien practica esta religión falseada, y ofende a Dios, Tres veces Santo, ante quien el engaño y la dureza de corazón no pueden subsistir ni un instante.
“¡Ay de ustedes!, porque no entran ni dejan entrar”. Un sacerdote que se olvida de la compasión para con el más necesitado; una esposa que no perdone ni pida perdón a su esposo -o al revés-; un hijo que niegue el saludo a sus padres –o al revés-, un amigo que conserve rencor en su corazón, porque es incapaz de perdonar, son merecedores del más severo reproche y de la más severa advertencia por parte de Jesús en
¿De qué manera escapar de la tentación del fariseísmo? Escuchando
Desde
Que tristeza para Dios cuando sus hijos asumen los diferentes comportamientos aqui descritos pero obiamente,son los que solo viven de emociones por que realmente no han tenido un encuentro real y genuino con El Todo Poderoso. Recuerdan las palabras que Jesus le dijo a la mujer samaritana ''Pero llega la hora, ya ha llegado, en que los verdaderos adoradores me adoraran en espiritu y en verdad." DLB
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