jueves, 23 de febrero de 2023

Viernes después de Cenizas

 


 

         “Cuando se lleven al novio, entonces ayunarán” (Mt 9, 14-15). Preguntan a Jesús cuál es la razón por la que los discípulos de Juan el Bautista sí ayunan, pero en cambio los discípulos de Él, de Jesús, no ayunan. Jesús responde de manera enigmática y en tercera persona: “Cuando se lleven al novio, entonces ayunarán”. “El novio”, al cual hace referencia Jesús, es Él mismo en Persona puesto que uno de los nombres de Jesús es el de “Novio” o “Esposo” de la Iglesia Esposa, es decir, Cristo es el Novio o el Esposo de la Iglesia Esposa. Sus discípulos, los discípulos de Jesús, no ayunan, porque el Novio o Esposo, que es Él, está con ellos, en el sentido de que todavía no se ha cumplido en plenitud su misterio de salvación, su Pasión, Muerte y Resurrección. Por ese motivo es que no ayunan, porque Él está con ellos.

         Sin embargo, “ayunarán cuando les sea quitado el Novio”, es decir, cuando Él, que es el Esposo de la Iglesia Esposa, les sea quitado mediante el misterio salvífico de su Pasión, Muerte y Resurrección. Entonces, cuando Él muera en la cruz y cuando, después de resucitar, ascienda al cielo, cuando Él sea quitado de en medio en esta vida terrena, entonces sí los discípulos de Cristo ayunarán, porque el Esposo ya no estará con ellos. Es aquí en donde se origina la tradición del ayuno de la Iglesia, en el hecho de que Cristo nos ha sido quitado por medio de su Pasión y Muerte en cruz. Por este motivo, nuestro ayuno continuará hasta el fin de los tiempos y terminará recién cuando llegue el Novio, en el Último Día, en el Día del Juicio Final. En ese Día, en el que llegue el Supremo y Justo Juez, el Esposo de la Iglesia Esposa, para juzgar a vivos y muertos, entonces sí terminará el ayuno para los discípulos de Jesús, para los que lo hayan seguido en esta vida terrena a través del Via Crucis, el Camino Real de la Santa Cruz.

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