jueves, 4 de mayo de 2023

“Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida”

 


“Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14, 1-6). En estos tiempos, en los que un falso ecumenismo pretende igualar a todas las religiones con la falsa premisa de que todas las religiones son iguales, la revelación de Jesús nos indica que el verdadero ecumenismo es el que afirma que la Iglesia Católica y solo la Iglesia Católica, es la única religión y la única iglesia verdadera del único Dios Verdadero.

Jesús es el Camino, el Único Camino que conduce a algo infinitamente más grandioso que todos los cielos juntos y es el seno de Dios Padre y Jesús es el Camino, porque Él procede del Padre desde la eternidad, se encarna por el Espíritu Santo para salvarnos por medio de su Pasión, Muerte y Resurrección y así conducirnos, unidos a Él por la gracia santificante, al seno del Padre. No hay otro camino posible que no sea Jesucristo, el Hijo de Dios, Dios Hijo encarnado, la Segunda Persona de la Trinidad encarnada en la Humanidad Santísima de Jesús de Nazareth, que conduzca al Padre.

Jesús es la Verdad, la Verdad total, absoluta y plena acerca de Dios: si bien los judíos poseían un anticipo y la primicia de la verdad sobre Dios al creer, por revelación divina, que Dios es Uno, Jesús viene a completar esta verdad al revelar que Dios es Uno en naturaleza y Trino en Personas, es decir, Dios posee una naturaleza divina y un Acto de Ser divino trinitario, del cual participan las Tres Divinas Personas de la Trinidad, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Cualquier otra afirmación acerca de la constitución de Dios como Uno y Trino es falsa y no debe ser creída ni aceptada, bajo ningún concepto, por el católico que ha sido bautizado en la Iglesia Católica.

Jesús es la Vida, la Vida divina, la Vida Eterna e Increada, porque Él posee, por participación con el Padre y el Espíritu Santo, al Ser divino trinitario, del cual brota, como de una Fuente inagotable, la Vida Divina, vida que es comunicada por participación a través de la gracia suministrada por los sacramentos. Por eso, quien recibe los sacramentos, sobre todo la Confesión y la Eucaristía, recibe la Vida Nueva que nos trae Jesús, una vida completa y absolutamente nueva, porque es la Vida divina de la Trinidad.

Esto es lo que Jesús quiere decirnos cuando afirma que Él es “el Camino, la Verdad y la Vida”. Y todo esto nos lo comunica Jesús desde la Eucaristía.

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