“¡Hipócritas!
Ustedes saben discernir el aspecto de la tierra y del cielo; ¿cómo entonces no
saben discernir el tiempo presente?” (Lc
12, 54-59). Jesús acusa a sus discípulos de ser “hipócritas” porque saben
discernir los cambios de tiempo meteorológico –si hará calor o si lloverá- pero
no saben discernir “el tiempo presente”, es decir, la época mesiánica, por su Presencia
entre ellos.
Puesto
que nosotros, en cuanto cristianos, también somos sus discípulos, estas
palabras también nos competen, por lo que debemos preguntarnos: ¿cuáles son los
signos del tiempo presente en nuestro tiempo? Podemos buscar la respuesta en
dos lados: en el Catecismo de la Iglesia Católica y en Sor Faustina Kowalska. El
Catecismo dice: “Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por
una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes. La persecución que
acompaña a su peregrinación sobre la tierra desvelará el “misterio de
iniquidad” bajo la forma de una impostura religiosa que proporcionará a los
hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la
apostasía de la verdad. La impostura religiosa suprema es la del Anticristo, es
decir, la de un pseudo-mesianismo en que el hombre se glorifica a sí mismo
colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías venido en la carne”[1].
Ahora
bien, podemos decir que estamos viviendo tiempos de apostasía, con lo cual, si
no estamos en esta “prueba final”, estamos viviendo sus prolegómenos. Entonces,
una primera respuesta es -según el Catecismo- que el “signo de los tiempos” que
estamos viviendo en nuestro siglo XXI, es la preparación previa a su Segunda
Venida.
Y
con respecto a Santa Faustina, Jesús le dice que “preparará al mundo para su
Segunda Venida” por medio de la difusión de la devoción a la Divina
Misericordia. Nuevamente, al igual que el Catecismo, la devoción a Jesús
Misericordioso nos dice que está cerca el regreso de Jesús en la gloria.
Los
dos signos de los tiempos que vivimos, nos llevan a su vez a la pregunta de
Jesús: “Cuando vuelva el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?” (Lc 18, 8).
No hay comentarios:
Publicar un comentario