sábado, 6 de julio de 2019

“Los amigos del Esposo ayunarán cuando Éste les sea quitado”


        

         “Los amigos del Esposo ayunarán cuando Éste les sea quitado” (Mt 9, 14-17). Ante la pregunta de por qué sus discípulos de Jesús no ayunan, como sí lo hacen los discípulos de Juan el Bautista, Jesús responde con una figura, la del esposo, y con una profecía: “Los amigos del Esposo ayunarán cuando Éste les sea quitado”. La figura del esposo la utiliza Jesús para aplicársela a Sí mismo: Él es el Esposo de la Iglesia Esposa, que se ha unido a la Humanidad de modo nupcial en la Encarnación, para redimirla y conducirla al Reino de Dios. Él es, entonces, el Esposo de la Iglesia Esposa y mientras Él, el Esposo, esté en la tierra, entonces sus discípulos no ayunarán; pero cuando el Esposo –Él mismo- sea quitado de la tierra, por causa de su muerte en cruz, entonces sí ayunarán. Es decir, Nuestro Señor insinúa la Pasión, al responder que "ayunarán cuando el Esposo les sea quitado", puesto que “el ayuno, que hace aparecer triste el rostro, se aviene mal con la alegría que los discípulos sienten por la presencia de su Maestro; cuando les sea arrebatado el Maestro, les quedará tiempo para ayunar”[1].
         “Los amigos del Esposo ayunarán cuando Éste les sea quitado”. Nosotros pertenecemos a la generación de los amigos del Esposo a los que se les ha quitado el Esposo, porque Jesús ya ha sufrido su muerte en Cruz y, aunque ha resucitado y está vivo y glorioso en la Eucaristía, no podemos verlo sensiblemente, como sí podían sus discípulos; por esta razón, a nosotros nos corresponde el ayuno, porque nos ha sido quitado el Esposo. En la espera de la Segunda Venida del Esposo, y sabiendo que cuando venga nunca más se separará de nosotros, es que ayunamos, principalmente de toda obra mala, en el tiempo, para saciarnos de su gloria en la eternidad.


[1] B. Orchard et al., Verbum Dei. Comentario a la Sagrada Escritura, Tomo III, Editorial Herder, Barcelona 1957, 379.

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