“El
Reino de los cielos es como un grano de mostaza, pequeño, que cuando, se
convierte en un arbusto tan grande, que hasta los pájaros del cielo, van a
hacer sus nidos en sus ramas” (Mt 13,
31-35). Jesús compara al Reino de los cielos con un grano de mostaza que,
siendo primero pequeño, crece luego hasta ser un arbusto de tan grande tamaño, que
“hasta los pájaros del cielo”, van a hacer sus nidos en sus ramas. Lo curioso
es que Jesús dice que es un grano de mostaza que “un hombre plantó en su campo”,
entonces, interviene en la parábola del Reino, también el hombre. ¿Cómo
interpretarla?
La
semilla de mostaza, plantada en “el campo del hombre”, es la gracia
santificante, sembrada en el corazón del hombre en el bautismo; “el campo del
hombre”, es el alma o el corazón del hombre; en un primer momento, es pequeña,
porque la santidad, o la gracia santificante, es pequeña en el alma del hombre,
pero a medida que la gracia santificante se va abriendo paso en el corazón del
hombre y va echando raíces, y va creciendo, se va agigantando cada vez más, de
manera tal que, con el paso del tiempo, ese pequeñísimo grano de mostaza, que era
al inicio, se convierte luego, en un frondoso árbol, cuando el hombre se
convierte, por obra de la gracia, del hombre viejo que era, dominado por las
pasiones, en el hombre nuevo, en imagen viva de Jesucristo. Esto es lo que Jesús
quiere decir cuando dice que el Reino de los cielos es “como un grano de
mostaza, pequeño, que cuando, se convierte en un arbusto tan grande, que hasta
los pájaros del cielo, van a hacer sus nidos en sus ramas”: la gracia
santificante crece, desde que es injertada, en el momento del bautismo –siempre
y cuando cuente con la libertad del hombre-, y así el hombre se convierte, de
pecador, en santo.
Pero
nos falta un elemento en la parábola, y son “los pájaros del cielo, que hacen
nido en las ramas del arbusto”, es decir, en la semilla de mostaza convertida
en árbol. ¿Qué significan estos misteriosos “pájaros del cielo”? Si el campo es
el corazón del hombre; si la semilla de mostaza es la gracia santificante
sembrada en su corazón, que luego se convierte en frondoso árbol, cuando el
hombre se convierte, de pecador en santo, entonces, los pájaros del cielo, que son
-Un Dios en Tres Personas-, son las Tres Divinas Personas de la
Santísima y Augustísima Trinidad, que van a hacer su morada en el corazón del hombre
en gracia, según las palabras del Hombre-Dios Jesucristo: “Si alguien me ama y
cumple mis mandamientos, mi Padre y Yo lo amaremos y haremos morada en él”
(cfr. Jn 14, 23).
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