martes, 28 de julio de 2015

“El Reino es como un grano de mostaza”


En el icono se ilustra la parábola del grano de mostaza, la parábola en la que se preanuncia la gracia santificante, propia del Reino de los cielos: la gracia, como el Reino, al inicio es pequeña, pero cuando crece, es un arbusto tan grande, que “los pájaros del cielo van  a hacer nido en sus ramas”. A la derecha del icono vemos retratado a Jesús, Dador de la gracia y la Gracia Increada en sí misma; en su mano izquierda, lleva la Nueva Alianza, sellada con su Sangre; la aureola es el signo de su divinidad, por cuanto es Dios Hijo encarnado; su mano derecha está alzada en señal de bendición y los dedos están dispuestos de manera que indican la Encarnación (el pulgar unido al anular); en el otro extremo, se encuentran Pedro, Santiago y Juan, testigos de la Transfiguración en el Monte Tabor –la gracia convertida en gloria-; el árbol o arbusto –la semilla de mostaza pequeña al inicio que creció hasta transformarse en árbol-, significa el alma que recibió la gracia: al inicio, era pequeña e insignificante; cuando recibe la gracia, se transforma en un gran árbol o arbusto, en el que “van a hacer su nido los pájaros”. ¿Y qué representan las tres aves que hacen nido en el árbol, es decir, el alma en gracia? Representan a las Tres Divinas Personas, que inhabitan en el alma en gracia, y que por lo mismo, vive ya, en anticipo, en la tierra, el Reino de los cielos.

“El Reino es como un grano de mostaza” (Mt 13, 31-35). En la parábola del grano de mostaza se preanuncia la gracia santificante, propia del Reino de los cielos y que contra-distingue al Reino de los cielos de todo reino terrenal y temporal.
En esta parábola, cada elemento terrenal y creatural –el grano de mostaza, el arbusto grande, las aves del cielo- hacen referencia a un elemento sobrenatural: en el grano de mostaza, pequeño al inicio pero grande después, están prefiguradas tanto la gracia como el alma humana. En el grano de mostaza está prefigurada la gracia, puesto que, como el Reino, al inicio es pequeña, pero cuando crece, es un arbusto tan grande, que “los pájaros del cielo van  a hacer nido en sus ramas”.
El grano de mostaza que deviene en árbol o arbusto –la semilla de mostaza pequeña al inicio que creció hasta transformarse en árbol-, prefigura y significa, además del Reino, al alma humana que recibió la gracia: al inicio, era pequeña e insignificante; cuando recibe la gracia, se transforma en un gran árbol o arbusto, en el que “van a hacer su nido los pájaros”.
Aunque no aparece en la parábola, podemos agregar la figura del jardinero, que es quien planta la semilla de mostaza –para que crezca y se convierta en un gran arbusto, debe ser plantada, y para eso se necesita Alguien que haga ese trabajo-, y ese celestial Jardinero no es otro que Jesús, por cuanto es Dios Hijo encarnado; Él, con su Encarnación, es el Dador de la gracia y la Gracia Increada en sí misma y ha sellado con su Sangre la Nueva Alianza, por medio de la cual recibimos la gracia santificante.

Por último, ¿qué representan las tres aves que hacen nido en el árbol, es decir, el alma en gracia? Representan a las Tres Divinas Personas, que inhabitan en el alma en gracia, y que por lo mismo, vive ya, en anticipo, en la tierra, el Reino de los cielos.

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