En el icono se ilustra la parábola del grano de
mostaza, la parábola en la que se preanuncia la gracia santificante, propia del
Reino de los cielos: la gracia, como el Reino, al inicio es pequeña, pero
cuando crece, es un arbusto tan grande, que “los pájaros del cielo van a hacer nido en sus ramas”. A la derecha del
icono vemos retratado a Jesús, Dador de la gracia y la Gracia Increada en sí
misma; en su mano izquierda, lleva la Nueva Alianza, sellada con su Sangre; la
aureola es el signo de su divinidad, por cuanto es Dios Hijo encarnado; su mano
derecha está alzada en señal de bendición y los dedos están dispuestos de
manera que indican la Encarnación (el pulgar unido al anular); en el otro
extremo, se encuentran Pedro, Santiago y Juan, testigos de la Transfiguración
en el Monte Tabor –la gracia convertida en gloria-; el árbol o arbusto –la semilla
de mostaza pequeña al inicio que creció hasta transformarse en árbol-,
significa el alma que recibió la gracia: al inicio, era pequeña e
insignificante; cuando recibe la gracia, se transforma en un gran árbol o
arbusto, en el que “van a hacer su nido los pájaros”. ¿Y qué representan las
tres aves que hacen nido en el árbol, es decir, el alma en gracia? Representan
a las Tres Divinas Personas, que inhabitan en el alma en gracia, y que por lo
mismo, vive ya, en anticipo, en la tierra, el Reino de los cielos.
“El
Reino es como un grano de mostaza” (Mt
13, 31-35). En la parábola del grano de mostaza se preanuncia la gracia
santificante, propia del Reino de los cielos y que contra-distingue al Reino de
los cielos de todo reino terrenal y temporal.
En
esta parábola, cada elemento terrenal y creatural –el grano de mostaza, el
arbusto grande, las aves del cielo- hacen referencia a un elemento sobrenatural:
en el grano de mostaza, pequeño al inicio pero grande después, están prefiguradas
tanto la gracia como el alma humana. En el grano de mostaza está prefigurada la
gracia, puesto que, como el Reino, al inicio es pequeña, pero cuando crece, es
un arbusto tan grande, que “los pájaros del cielo van a hacer nido en sus ramas”.
El
grano de mostaza que deviene en árbol o arbusto –la semilla de mostaza pequeña
al inicio que creció hasta transformarse en árbol-, prefigura y significa,
además del Reino, al alma humana que recibió la gracia: al inicio, era pequeña
e insignificante; cuando recibe la gracia, se transforma en un gran árbol o
arbusto, en el que “van a hacer su nido los pájaros”.
Aunque
no aparece en la parábola, podemos agregar la figura del jardinero, que es
quien planta la semilla de mostaza –para que crezca y se convierta en un gran
arbusto, debe ser plantada, y para eso se necesita Alguien que haga ese
trabajo-, y ese celestial Jardinero no es otro que Jesús, por cuanto es Dios
Hijo encarnado; Él, con su Encarnación, es el Dador de la gracia y la Gracia
Increada en sí misma y ha sellado con su Sangre la Nueva Alianza, por medio de
la cual recibimos la gracia santificante.
Por
último, ¿qué representan las tres aves que hacen nido en el árbol, es decir, el
alma en gracia? Representan a las Tres Divinas Personas, que inhabitan en el
alma en gracia, y que por lo mismo, vive ya, en anticipo, en la tierra, el
Reino de los cielos.
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