jueves, 1 de marzo de 2012

Pidamos el Espíritu Santo al Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús



“Pidan, se les dará; busquen, encontrarán; llamen, se les abrirá” (cfr. Mt 7, 7-12). Jesús nos dice cómo tiene que ser nuestra oración en Cuaresma –y en todo momento, no solo en Cuaresma-, exhortándonos a hacer una oración fervorosa, constante, confiada, seguros de que obtendremos lo que pedimos. En otro pasaje, también con respecto a la oración: “Cuando oren, crean que lo recibirán, y lo obtendrán” (Mt 11, 24). 
El fundamento de esta clase de oración es la bondad de Dios, que supera infinitamente a la bondad natural del hombre. Si el hombre, que tiene tendencia al mal, a causa del pecado original, sabe dar cosas buenas, y si nadie, entre los hombres, cuando un hijo pide pan, le da una piedra, o si pide pez, le da una serpiente, cuánto más el Padre celestial dará cosas buenas a los que se las pidan.
Al rezar, entonces, debemos pensar que ya tenemos lo que pedimos, y que lo que pedimos lo obtenemos porque Dios es infinitamente bueno. No hay que escatimar al momento de pedir, y aquí viene una pregunta: si estamos ciertos de que obtendremos lo que pedimos, ¿qué cosas pedir? Porque es cierto también que “no sabemos pedir” lo que nos conviene y lo que es necesario para la salvación. El mismo Jesús nos dice qué debemos pedir, con la certeza de que lo obtendremos: el Espíritu Santo (Lc 11, 13): "Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?".
“Pidan, se les dará; busquen, encontrarán; llamen, se les abrirá”.
¿Cómo pedir? Con la Santa Misa, la Adoración Eucarística y el Santo Rosario.
¿Qué pedir, qué buscar, qué es lo que encontraremos en la oración? Al Espíritu Santo.
¿Dónde pedir, dónde buscar, dónde encontraremos? En el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús y en el Inmaculado Corazón de María.

No hay comentarios:

Publicar un comentario