miércoles, 14 de agosto de 2019

“No separe el hombre lo que Dios ha unido”



“No separe el hombre lo que Dios ha unido” (Mt 19, 3-12). Unos fariseos le preguntan a Jesús si para Él es lícito a un hombre repudiar a su mujer, es decir, si es lícito el divorcio. Esto lo dicen porque Moisés había permitido el divorcio en caso de adulterio. Pero Jesús responde citando las Escrituras, en el pasaje en donde se dice que el hombre y la mujer se unirán y serán “una sola carne”. Luego, ante la citación del acta de divorcio permitida por Moisés, Jesús declara implícitamente que, en el nuevo orden de cosas que Él ha venido a traer, este divorcio queda anulado: “si un hombre se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio”. La razón es doble: por un lado, Dios creo así el matrimonio natural “desde el principio”, uno con una para toda la vida; por otra parte, Él es el Legislador divino que no solo restituye el matrimonio a su diseño original, sino que ahora lo eleva al rango de sacramento, con lo cual los cónyuges quedan unidos por un doble lazo indisoluble, el natural y el sobrenatural. Estas son las razones por las cuales la Iglesia nunca aceptará el divorcio y por las que los divorciados vueltos a casar no pueden comulgar, porque están unidos por un doble lazo indisoluble, el natural y el sacramental o sobrenatural, además de ser el esposo terreno una prolongación de Cristo Esposo y la esposa, de la Iglesia Esposa.
“No separe el hombre lo que Dios ha unido”. Por la naturaleza del matrimonio, uno –varón- con una –mujer- y para siempre, y por ser el matrimonio una prolongación, a través del sacramento, de la unión esponsal de Cristo Esposo con la Iglesia Esposa, el matrimonio, a partir de Cristo, es indisoluble, y lo será hasta el fin de los tiempos, sin que la legislación humana ni eclesiástica lo pueda cambiar de ninguna forma.


1 comentario:

  1. Muchos piensan que cuando tienen problemas con su esposa lo mejor es el divorcio porque con otra mujer será mejor.
    Pues bien, al cabo de un tiempo, con esa otra mujer tienen los mismos problemas, esto quiere decir que el problema no es la esposa sino que es el no seguir con el compromiso adquirido en el matrimonio que además de las relaciones íntimas y a la ausencia al principio de la relación de problemas de convivencia, ha de haber el amor puro, el ayudar a la pareja, el ser consciente que la convivencia necesita también de obligaciones, respeto y sacrificio, el ser comprensivo, en fin y podríamos añadir muchas cosas buenas.
    Jesús siempre no va reuir ni la verdad ni el intententemos ser perfectos como ser humano, El vino para retomar el rumbo del hombre hacia lo que Dios Padre espera de la creación del hombre.
    Conocereis al Padre a través de Jesucristo, y todo lo que nos enseñó lo refrendo hasta las últimas consecuencias, su pasión y muerte en la cruz.
    Jaime
    experienciasdelsagrario.blogspot.com

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