sábado, 3 de junio de 2023

Solemnidad de la Santísima Trinidad

 


(Solemnidad de la Santísima Trinidad - Ciclo A – 2023)

         La Santísima Trinidad, es decir, la constitución íntima de Dios como Uno y Trino, es una auto-revelación de Dios en Cristo. Hasta Cristo Jesús, los judíos, integrantes del Pueblo Elegido sabían, por revelación divina, que Dios era Uno; a partir de Cristo, los integrantes del Nuevo Pueblo Elegido, que son los bautizados en la Iglesia Católica, saben que Dios es Uno y Trino, es decir, Uno en naturaleza y Trino en Personas; saben además que la Persona Segunda de la Trinidad, Dios Hijo encarnado en la naturaleza humana de Jesús de Nazareth, continúa y prolonga su Encarnación en la Sagrada Eucaristía. La Trinidad de Personas en un Dios que es Uno, es lo que se llama “misterio sobrenatural absoluto” de Dios, al igual que la Encarnación del Verbo en el seno de la Virgen por obra del Espíritu Santo.

Esto significa que si Dios Hijo, Jesucristo, no hubiera revelado cómo es Dios en su intimidad -un solo Dios en Tres Divinas Personas, las Tres Divinas Personas compartiendo el mismo y único Acto de Ser divino trinitario y una única naturaleza divina trinitaria-, jamás el hombre podría haber llegado a saberlo. Lo único a lo que puede llegar la razón humana -con mucho esfuerzo y con mucho amor a la Verdad-, como dicen Aristóteles y Platón, es a concluir que Dios es Uno. Pero que Dios sea Uno y Trino lo sabemos sólo por la revelación de Nuestro Señor Jesucristo, es decir, por la auto-revelación de Dios en Cristo. La Trinidad de Personas, la Encarnación del Verbo y la continuación y prolongación de su Encarnación en el Santísimo Sacramento del altar, constituyen lo que se denomina “misterios de la fe”, misterios que deben ser creídos sin modificarlos de ninguna manera, puesto que eso sería apartarse de la Santa Fe Católica.

Otro elemento a tener en cuenta es que sólo la Iglesia Católica, la Esposa Mística del Cordero, cree en un Dios Uno y Trino y que el Verbo se ha encarnado para la salvación de los hombres, por lo que ninguna otra religión en la tierra tiene la plenitud absoluta de la Verdad Absoluta de Dios, que no sea la religión católica. Solo la Iglesia Católica, continuadora de la Revelación divina dada al Pueblo Elegido, Pueblo que por esta Revelación creía en un solo Dios, en Dios Uno, es la poseedora de la plenitud de la Revelación y de la Verdad Absoluta acerca de Dios como Uno y Trino, porque es la Iglesia Católica la que custodia la auto-manifestación de Dios como Uno en naturaleza y Trino en Personas, a través del Hijo de Dios, Jesús de Nazareth, la Segunda Persona de la Trinidad encarnada, que continúa y prolonga su Encarnación en la Sagrada Eucaristía.

         Ahora bien, esta Trinidad de Personas no son indiferentes a nuestro destino, sea en lo personal, como en el hecho de ser integrantes de la especie humana: la Trinidad Santísima, las Tres Divinas Personas que forman un solo Dios, está empeñada en obtener la salvación de los hombres y esto lo hace a través del misterio salvífico de Jesucristo: Dios Padre es quien traza el plan de salvación, enviando a Dios Hijo, por el Amor de Dios Espíritu Santo, a sufrir su Pasión y Muerte en cruz, para luego resucitar y así salvar a la humanidad por medio de la Sangre del Cordero, distribuida entre los hombres por medio de los Sacramentos, sobre todo la Confesión y la Sagrada Eucaristía.

         Por último, en el misterio de la Trinidad, se debe tener en cuenta que, si bien la Trinidad Santísima está empeñada en salvar al hombre, hay otra trinidad, una trinidad blasfema y sacrílega, una trinidad satánica formada por Satanás, el Falso Profeta y el Anticristo, que están empeñadas en la perdición del hombre, en su eterna condenación. La trinidad satánica se sirve de diversos métodos para perder a la humanidad, por ejemplo, a través del relativismo -no existe Verdad Absoluta, sino relativa, cada uno tiene su propia verdad-, el liberalismo, el marxismo ateo, el comunismo genocida, el socialismo, el ateísmo teórico y práctico, y en el plano de la espiritualidad, mediante la falsa espiritualidad de la Nueva Era, que es la religión del Anticristo, en donde se engloban sectas diversas, que van desde la ufología hasta el ocultismo y el satanismo, pasando por el espiritismo y la biodecodificación.

         Es necesario conocer los engañosos caminos de la tríada satánica, para no caer en ellos y, en cambio, seguir el plan de salvación que la Santísima Trinidad ha dispuesto para cada uno de nosotros en Cristo Dios, Jesús Eucaristía, Nuestro Dios y Redentor.


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