lunes, 10 de enero de 2011

Seguidme y os haré pescadores de hombres


“Seguidme y os haré pescadores de hombres” (cfr. Mt 4, 18-22). Jesús utiliza la figura de un pescador para graficar la misión encomendada por el Padre a Él y por Él a la Iglesia: así como un pescador tira la red en el mar y atrapa peces, así será la Iglesia de Jesucristo en el tiempo y en la historia de la humanidad: el mar es el mundo, la barca es la Iglesia, el pescador al mando de la barca es Pedro, el Papa, y la red es Jesucristo.

La imagen usada por Jesús no es una mera imagen, ni el episodio que dio lugar a la imagen ha pasado o no se repite más. Esa misma situación –una barca al mando de un pescador que pesca peces en el mar- se materializa y concreta en la Iglesia Católica, desde entonces, hasta ahora y hasta el fin de los tiempos. La Iglesia, que es la Barca de Pedro, continúa surcando el mar del tiempo y su destino es el puerto de la eternidad. Es guiada por Pedro y por los Apóstoles, quienes echan en el mar la Red que es la Palabra de Dios, Jesucristo. Los peces son las almas de los hombres que han sido atrapados en esa Red, es decir, que han escuchado la Palabra y la han dejado crecer dentro suyo.

Pero al final de la pesca, algunos peces sirven y otros no; en la misma red, algunos están vivos y otros están muertos: es un símbolo de quienes han recibido a Jesús en su corazón y han dejado crecer su imagen en él: son quienes han vivido no una vida natural, sino la vida de la imitación de Cristo, por la gracia; los peces vivos son los peces que han configurado sus vidas a la vida de Cristo; los peces que no sirven, los peces muertos en la red, que son desechados, son las almas que han rechazado vivir la vida nueva de la Trinidad, infundida en el alma por Jesucristo.

La Iglesia es la misteriosa barca del evangelio, en la cual el Espíritu de Dios llama a la humanidad a través de la Red, Jesucristo. Jesús en la Eucaristía es la Red de la Barca en la cual el pez –el alma- puede permanecer y vivir de Él o, por el contrario, puede dejarse morir.

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