jueves, 9 de septiembre de 2021

Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz

 



         ¿Por qué la Iglesia Católica celebra, con una fiesta litúrgica, la Exaltación de la Cruz? La pregunta surge porque, si vemos la Cruz con ojos humanos, nos damos cuenta que la Cruz es un instrumento de tortura, de humillación y de muerte cruel y dolorosísima para aquel que esté crucificado. De hecho, los soldados romanos la utilizaban no solo para castigar a los rebeldes al Imperio, sino para que sirviera de advertencia para quien se atreviera siquiera a intentar alguna acción contra el Imperio: al exponer al crucificado públicamente, estaban dando una señal de advertencia para todos aquellos que estaban pensando en oponerse al Imperio; si persistían en sus intentos, serían apresados, juzgados y condenados a la misma muerte, cruel y dolorosa, del crucificado. Es aquí entonces en donde volvemos a preguntarnos: si la Cruz es un instrumento de tortura, de opresión, de dolor, de humillación y de muerte, ¿por qué la Iglesia celebra con una fiesta litúrgica a este instrumento de dolor y muerte?

         La respuesta no la da la razón humana, sino la Sabiduría Divina, es decir, Dios Hijo encarnado, porque es Él quien está en la Cruz; es Él quien sube a la Cruz voluntariamente, para entregar su Cuerpo y su Sangre por nuestra redención.

         La Iglesia celebra la Exaltación de la Cruz porque el Hombre-Dios Jesucristo, al subir a la Cruz y morir en ella, con su omnipotencia divina, cambió radicalmente el sentido de la Cruz, porque santificó el dolor humano y la muerte humana, convirtiendo al dolor y a la muerte del hombre, de castigo por el pecado, en puertas abiertas al cielo. Con su muerte en Cruz, Jesucristo santifica el dolor y la muerte, porque asume el dolor y la muerte del ser humano, consecuencias del pecado original y los convierte, de castigo, en vías de redención. De esta manera se explica que el dolor y la muerte humanos, a partir de Cristo, cuando son ofrecidos a Cristo y cuando se une el propio dolor y la propia muerte al dolor y a la muerte de Cristo, el alma se santifica y así, santificada, puede presentarse ante el trono de Dios y ser recibida en el Reino de los cielos.

         Si intentamos dar una respuesta humana al sentido del dolor y de la muerte, nunca la encontraremos; sólo contemplando al Cordero de Dios, crucificado en el Monte Calvario y santificando el dolor y la muerte de la humanidad, encontraremos la respuesta del porqué la Iglesia celebra la Exaltación de la Cruz: porque la Cruz es la Puerta abierta que conduce al Reino de Dios.

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