viernes, 3 de septiembre de 2021

“Vade retro, Satán!”

 


(Domingo XXIV - TO - Ciclo B – 2021)

         “Vade retro, Satán!” (Mt 16, 20-23). Llama la atención el trato radicalmente opuesto que le dirige Jesús a Pedro, que es su Vicario, el Vicario de Cristo Dios. En un primer momento, cuando Pedro responde correctamente a la pregunta de Jesús acerca de quién dice la gente que es Él, diciendo que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, Jesús lo felicita y le dice que esa verdad no proviene de él, de Pedro, de sus razonamientos humanos, sino que proviene del Espíritu Santo, el Espíritu del Padre: “Esto te lo ha revelado mi Padre”. Es decir, Jesús felicita a Pedro cuando Pedro, iluminado por el Espíritu Santo, lo reconoce como a Dios Hijo encarnado. Pero acto seguido, en el mismo diálogo, luego de que Jesús le revelara a Pedro y a sus discípulos su misterio pascual de muerte y resurrección –“el Hijo del hombre tiene que sufrir mucho a manos de los hombres, morirá en la cruz y al tercer día resucitará”-, y luego de que Pedro se opusiera a este misterio salvífico, Jesús reprende duramente a Pedro, llamándolo “Satanás”: “Vade retro, Satán! Tus pensamientos no son los de Dios, sino de los hombres”. Es decir, cuando Pedro niega la cruz, cuando Pedro niega el misterio de la redención de los hombres, que pasa por la muerte en cruz del Hombre-Dios Jesucristo, es ahí cuando Jesús lo reprende y Jesús lo reprende porque esta vez, Pedro no ha sido iluminado por el Espíritu Santo, sino que le ha sucedido lo siguiente: rechazando la iluminación del Espíritu Santo, que le hubiera permitido aceptar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo como condición para la salvación de la humanidad, Pedro se deja llevar por su razón humana, la cual, sin la luz de Dios, es oscuridad y tinieblas y así, llevado por su sola razón humana, sin la luz de Dios, rechaza el sufrimiento de la cruz, rechaza el misterio de la muerte de Jesucristo y rechaza también el misterio de la resurrección. Es decir, Pedro, primero proclama a Cristo como a Dios Hijo encarnado, cuando es iluminado por el Espíritu Santo, pero a renglón seguido, dejando de lado al Espíritu Santo, su entendimiento humano no puede comprender el misterio de la redención y por eso rechaza la cruz y con el rechazo de la cruz, rechaza también la resurrección y ésta es la razón del duro reproche de Jesús hacia Pedro. Pero en el reproche de Jesús hacia Pedro hay algo más: Jesús no le dice: “Vade retro, Pedro”, sino “Vade retro, Satán”, es decir, Jesús se está dirigiendo a Satanás y no a Pedro y la razón es que Pedro, sin la luz del Espíritu Santo, queda con su razón humana oscurecida, pero también se le agrega otra tiniebla, la tiniebla viviente por antonomasia, el Demonio, el Ángel caído, el Príncipe de la oscuridad, el cual ensombrece todavía más a la razón de Pedro y lo conduce a negar la cruz. Es por esta razón que Jesús dice: “Vade retro, Satán” y no “Vade retro, Pedro”, porque Jesús reprende al Ángel caído, que es quien está detrás de la negación de la cruz por parte de Pedro.

         “Vade retro, Satán!”. No debemos pensar que sólo Pedro estuvo tentado por el Demonio, haciéndolo rechazar la cruz como único camino que conduce al Cielo: debemos sospechar de todo pensamiento que aparezca en nuestras mentes y corazones, que nos conduzca a negar la cruz, porque estos pensamientos no vienen nunca del Espíritu Santo, sino que vienen de nuestras mentes y también del Ángel caído. Estemos atentos a cualquier pensamiento que nos sugiera renegar de la cruz, para rechazarlo prontamente, con la ayuda de la luz de la gracia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario