Con la Llegada de Jesús, el matrimonio meramente legal de
María y José –nunca jamás tuvieron trato marital, tal como se da entre los
esposos de la tierra, puesto que San José era sólo el padre adoptivo de Jesús y
entre José y María sólo había un trato de hermanos-, se convierte en “familia”,
la Sagrada Familia de Nazareth.
Esta Familia, que el Evangelio describe como amenazada y
perseguida primero y por eso debe huir a Egipto, y que luego de “morir los que
querían matar al Niño”, tal como le dice el ángel a José en sueños, regresa a
Nazareth, ante la vista de los demás, parecía una familia más entre tantas y,
sin embargo, es una Familia única en la historia de la humanidad, por la
santidad de sus miembros y porque el fruto de esta Familia, Jesús, es el
Salvador de la humanidad.
La Familia de Nazareth se convierte así en modelo de santidad
para toda familia cristiana, y se convierte en refugio de salvación para toda
familia cuyos integrantes deseen salvarse alcanzando el Reino de los cielos.
La Sagrada Familia de Nazareth es modelo de santidad, porque
todos sus integrantes son santos: es santa la Madre y Esposa de esta Familia,
porque es la Santísima Virgen María, Madre de Dios y Esposa meramente legal de
San José, y así la Virgen se convierte en modelo de santidad para toda madre y
esposa terrena que desee alcanzar el cielo santificándose en sus deberes
maternos y esponsales.
El esposo de esta Familia de Nazareth, José, es santo,
porque es el Padre meramente adoptivo de Jesús, que dedicó su vida a custodiar
a su Esposa, la Virgen y a su Hijo, Jesús, además de velar por ambos,
trabajando duramente todos los días, para que a su Esposa y a su Hijo no le
faltara nada en lo material, aunque también su vida de santidad se caracterizó
por la veneración a quien era su Esposa legal, la Virgen, y por la adoración de
su Hijo que era, al mismo tiempo que Hijo adoptivo suyo, el Unigénito de Dios
encarnado. San José se convierte en modelo de santidad para todo esposo y padre
terreno que desee amar en el amor casto y puro a su esposa y educar en el temor
de Dios a sus hijos y así alcanzar el Reino celestial.
El
Hijo de esta Familia es santo, pero no porque adquiera la santidad desde
afuera, sino porque Jesús es Dios Hijo y, en cuanto tal, es la Santidad
Increada en sí misma; Jesús, el Hijo de María y José, es el Dios Tres veces
Santo y la Fuente Increada e Inagotable de santidad para toda la humanidad,
comenzando por sus propios padres terrenos, María y José. Jesús se convierte
así en modelo de santidad para todo hijo que, en el cumplimiento perfecto de
los Mandamientos de Dios, especialmente el Primero y el Cuarto, desee vivir
esta vida terrena con un solo objetivo: alcanzar el cielo junto a sus padres,
viviendo en el amor a Dios y a los progenitores.
Todo
en la Familia de Nazareth es santo, y todos sus integrantes son santos, porque
todo en la Sagrada Familia de Nazareth gira en torno a Jesús, el Hijo de Dios
Tres veces Santo y Fuente de toda santidad, y es por eso que la Familia Santa
de Nazareth es el modelo para toda familia cristiana que, viviendo en esta vida
en la santidad y en el Amor de Dios, desee continuar viviendo, todos sus
integrantes juntos, en la santidad y en el Amor de Dios, en el Reino de los
cielos.
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