domingo, 7 de noviembre de 2021

“Cuando vean ustedes que suceden estas cosas, sepan que el fin ya está cerca”

 


(Domingo XXXIII - TO - Ciclo B – 2021)

“Cuando vean ustedes que suceden estas cosas, sepan que el fin ya está cerca” (Mc 13, 24-32). Esta respuesta es formulada por Jesús en respuesta a la pregunta de los discípulos acerca del tiempo de la destrucción del templo y en ella Cristo describe las señales que han de preceder a ese suceso y habla también de la Segunda Venida del Hijo del hombre, es decir, trata en la profecía acerca de dos temas distintos. Lo que se debe dilucidar es qué parte de las profecías corresponde a cada uno de los sucesos. Según algunos exégetas, Cristo hace una importante distinción entre ambos sucesos. La destrucción del templo será precedida por señales que servirán de aviso a los discípulos para escapar del inminente desastre. Esta calamidad local, de la que podían escapar huyendo a otra parte, tendría lugar “antes de que pase esta generación”. En cambio, Cristo no da ninguna información sobre el tiempo de la Venida del Hijo del hombre, suceso el cual sería repentino e inesperado y no habría señal alguna de aviso. Es por este motivo que Jesús llama a estar constantemente preparados: “Estad alertas, velad, porque no sabéis cuándo será el tiempo” (33). Si bien Cristo no reveló el tiempo de su Segunda Venida, sus palabras proporcionan suficiente información para poner en guardia a los discípulos contra una posible identificación de este suceso con la época de la destrucción de Jerusalén, ya que en sus mentes estaban estrechamente asociados la destrucción del templo y el fin del mundo (cfr. 13, 4). Cristo, al insistir en que la fecha de la parusía era incierta, declarando al mismo tiempo que la destrucción del templo tendría lugar antes de que “pasara esta generación” y al prescribir además las diferentes actitudes que sus seguidores habían de adoptar en relación con tales sucesos, se proponía disipar la confusión en las mentes de los apóstoles. La profecía entonces comprende un doble tema, la destrucción del templo y la Segunda Venida en la gloria.

Hay un dato más, contenido proféticamente en el Catecismo de la Iglesia Católica, en lo que se refiere a la Segunda Venida de Cristo, y es que, antes de esta Segunda Venida, se producirá la última persecución sangrienta contra la Iglesia Católica, luego de lo cual será entronizado el Anticristo, el vicario de Satanás, quien establecerá, en la falsa iglesia, que el pecado ya no existe más y que lo que antes era pecado, ahora es un “derecho humano”. Dice así el Catecismo, en su número 675, en el apartado titulado “La última prueba de la Iglesia”: “Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes (cfr. Lc 18, 8; Mt 24, 12). La persecución que acompaña a su peregrinación sobre la tierra (cfr. Lc 21, 12; Jn 15, 19-20) desvelará el “misterio de iniquidad” bajo la forma de una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad. La impostura religiosa suprema es la del Anticristo, es decir, la de un seudo-mesianismo en que el hombre se glorifica a sí mismo colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías venido en la carne (cfr. 2 Ts 2, 4-12; 1 Ts 5, 2-3;2 Jn 7; 1 Jn 2, 18.22)”. Entonces, según el Catecismo, antes de la Segunda Venida de Cristo, la Iglesia Católica, la Esposa Mística del Cordero, la Única Iglesia Verdadera del Único Dios Verdadero, será perseguida; se suprimirá el Santo Sacrificio del Altar, la Santa Misa –según la profecía de Daniel-, se establecerá la “abominación de la desolación”, es decir, además de la supresión de la Eucaristía, se adorará a un ídolo pagano, un falso dios, un demonio oculto en un fetiche idolátrico; el Anticristo declarará que el pecado ya no es más pecado y que todo lo que el catolicismo consideraba pecado, ya no lo es más, porque será entonces un “derecho humano” y algo de esto lo estamos padeciendo en nuestro país, a partir de la aprobación de la ley genocida del aborto, que declara al aborto, al asesinato del niño por nacer, como un “derecho humano”, tal como lo establece el Anticristo. El seguimiento del Anticristo tendrá como consecuencia el abandono de la fe en forma masiva, lo cual se llama “apostasía” y esta apostasía será consecuencia del rechazo del Verdadero Cristo, el Cristo Eucarístico, que en cuanto Dios es la Verdad Increada en Sí misma, al mismo tiempo que implicará la adoración a la tríada satánica, que se establecerá en la Nueva Falsa Iglesia: el Anticristo, la Bestia y el Dragón. Todo esto es lo que profetiza Jesús que sucederá antes de su Segunda Venida en la gloria.

Ahora bien, de estas dos profecías, la primera ya se cumplió en el año 70 d. C., con la destrucción del templo por parte de las tropas del emperador romano; queda en pie el cumplimiento de la segunda profecía, la de la Segunda Venida en la gloria de Nuestro Señor Jesucristo, cuando vendrá a juzgar a vivos y a muertos, sentenciando a unos al horror eterno del Infierno y a otros, a la eterna felicidad en el Reino de los cielos. Es para esta Segunda Venida, para la cual debemos estar “vigilantes, atentos, con las túnicas ceñidas y las lámparas encendidas”, porque nadie sabe cuándo será el Día de la Ira del Señor.

 

 


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