“Ustedes son testigos” (cfr. Jn 21, 1-14). Jesús resucitado se aparece en medio de los discípulos, quienes, a pesar de verlo con su Cuerpo resucitado, se muestran “desconcertados”, y creen “ver un fantasma”. Su actitud no difiere mucho de la actitud de pesar y tristeza de María Magdalena, y de los discípulos de Emaús, quienes se encuentran en esos estados espirituales por la falta de fe en sus palabras acerca de que resucitaría “al tercer día” (cfr. Lc 24, 46).
Para sacarlos de su temor y de su incredulidad, y para que se convenzan de que posee un cuerpo real, resucitado y glorioso, les dice que toquen sus heridas, y come pescado asado delante de ellos, pero sobre todo, les infunde la luz del Espíritu Santo, para que se abran sus mentes: “les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras”.
Una vez que los discípulos, auxiliados por el Espíritu Santo, reconocen a Cristo resucitado, Jesús les encomienda una misión, que será la misión de
Podríamos decir que toda la escena del Evangelio se repite en cada Santa Misa: Jesús resucitado se aparece en medio de la comunidad de discípulos, los cuales se encuentran, en la gran mayoría de los casos, desesperanzados y tristes, a pesar de haber conocido la noticia de la resurrección de Jesús; Jesús se aparece en medio de su Iglesia, resucitado, bajo algo que parece ser pan, así como se les apareció a los discípulos, revestido de su humanidad gloriosa, y los discípulos, hoy como ayer, creen que es un fantasma.
La gran mayoría de los fieles católicos, incluidos los sacerdotes, en la actualidad, piensan, creen y actúan, como si Jesús fuera un fantasma, puesto que no tiene, para ellos, entidad real.
La diferencia con la aparición de Jesús en la escena del Evangelio, con
“Ustedes son testigos”. La similitud con
Todos los días, en
No hay comentarios:
Publicar un comentario