“El
Reino de Dios es como un grano de mostaza” (Mc
4, 26-34). Jesús compara al Reino de los cielos con un grano de mostaza: así
como el grano de mostaza, que al inicio es una semilla de muy pequeño tamaño y
al final adquiere enormes proporciones, alcanzando el tamaño de un
árbol, en el que las aves del cielo van a hacer sus nidos, así es el Reino de
Dios en el alma: comienza siendo pequeño, cuando se siembra en el alma la
semilla de la gracia, y finaliza siendo algo infinitamente más grande que esa
semilla inicial, cuando el alma crece en santidad por la participación a la
vida divina, a causa de la gracia, convirtiéndose en una imagen viva del Sagrado Corazón de Jesús.
La parábola se comprende más, entonces,
cuando le asignamos a cada elemento, un significado espiritual: el grano de
mostaza es la gracia; aquello donde se la siembra, es el alma; el arbusto del
tamaño de un árbol, es el alma que, por la gracia, ha crecido en la imitación
de Jesucristo y se convertido en otro cristo. ¿Y las aves del cielo, que van a
hacer sus nidos en el árbol? Son las Tres Divinas Personas de la Santísima
Trinidad, que van a hacer morada en el corazón del alma en gracia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario