miércoles, 16 de octubre de 2019

“Cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra?”


(Domingo XXIX - TO - Ciclo C – 2019)

          “Cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra?” (Lc 18, 1-8). Jesús hace esta pregunta al final de la parábola en la que nos enseña la necesidad de la constancia y la perseverancia en la oración, para ser escuchados por Dios. En la parábola, una mujer acude a un juez inicuo que “ni temía a Dios ni le importaban los hombres”. Sucede que acude a este juez una mujer viuda para pedirle que le haga justicia “frente a su adversario”. Después de negarse a hacer justicia por un tiempo, el juez reflexiona y dice: “Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está molestando, le voy a hacer justicia, no sea que siga viniendo a cada momento a importunarme”. La enseñanza de la parábola es que, si el juez injusto hace justicia solo por causa de la insistencia y de la perseverancia en el pedido, tanto más hará justicia Dios, Justo Juez, a aquellos de sus hijos que acudan a Él con insistencia y perseverancia. Se insiste con la idea de orar hasta ser inoportunos, hasta que la oración del que ora sea escuchada[1]Acto seguido, Jesús hace una pregunta que no parece tener relación con el tema, pero sí la tiene: “Cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra?”. 
“Cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra?”. La pregunta es: ¿por qué Jesús hace esta pregunta acerca de si habrá fe en la tierra cuando venga el Hijo del hombre? La respuesta es que la parábola está relacionada con la oración y para la oración se necesitan, además de la perseverancia, la fe; la enseñanza entonces es que es necesario tener fe, para hacer oración, pero en los tiempos en que esté cercana la Segunda Venida del Hijo del hombre, la fe se habrá perdido de tal manera, que no habrá casi nadie que haga oración, porque, precisamente, no habrá fe y eso es lo que explica la pregunta de Nuestro Señor. Es decir, la humanidad, cuando esté cercana la Segunda Venida del Hijo del hombre, se caracterizará por no solo no hacer oración perseverante, sino por no hacer oración en modo alguno, ya que la oración depende de la fe y si Jesús se pregunta si habrá fe cuando Él venga por Segunda Vez, es porque no habrá oración, y la razón de la falta de oración es que no habrá fe. Sin embargo, por el sentido general de la parábola, la enseñanza y la respuesta a la pregunta retórica que hace Jesús es que los justos, los que tengan fe, hagan oración, con la certeza de que serán escuchados y de que al final, el mal no prevalecerá[2]. Es decir, la victoria final de la Justicia de Dios sobre el mal y el Infierno está asegurada, por la promesa de Jesús: “Las puertas del Infierno no prevalecerán sobre mi Iglesia”, pero la pregunta de Jesús es como una advertencia hacia sus seguidores, porque muchos de ellos desfallecerán en la fe y no harán oración, en los tiempos previos a su Segunda Venida. En los tiempos cercanos a la Segunda Venida de Jesús, cuando todo parezca humanamente perdido, los fieles seguidores de Cristo se caracterizarán porque harán oración, ya que, confiados en las palabras de Jesús, esperarán contra toda esperanza.
Entonces, la enseñanza general de la parábola es que hay que tener fe en Cristo Dios, vencedor del mal; basados en esta fe, hay que hacer oración y esa oración debe ser constante y perseverante, con la certeza de que seremos escuchados en nuestras peticiones por Dios, Justo Juez



[1] Cfr. B. Orchard et al., Verbum Dei. Comentario a la Sagrada Escritura, Tomo III, Editorial Herder, Barcelona 1957, 628.
[2] Cfr. Orchard, ibidem, 682.

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