lunes, 28 de octubre de 2019

“El Reino de Dios se parece a un grano de mostaza”




“El Reino de Dios se parece a un grano de mostaza” (Lc 13, 18-21). Jesús compara al Reino de Dios con un grano de mostaza: primero es pequeño, muy pequeño y luego de sembrado, empieza a crecer hasta convertirse en un frondoso y alto arbusto, al que van a hacer su nido los pájaros del cielo. Para entender la parábola, es necesario hacer una transposición analógica entre los elementos naturales y los sobrenaturales, ya que a cada elemento de la naturaleza le corresponde uno sobrenatural. Así, el grano de mostaza, en su estado natural, pequeño, es el alma humana, sin la gracia de Dios: así como el grano es pequeño, así lo es el alma en comparación con Dios; el grano de mostaza ya crecido y convertido en enorme arbusto, es el alma que, por la gracia de Dios, adquiere, por participación, una nueva vida que antes no tenía, la vida de la gracia, la vida de los hijos de Dios. Por último, en el arbusto frondoso van a hacer su nido las “aves del cielo”. ¿Qué representan estas aves? Representan a las Tres Divinas Personas que, por la gracia de Dios, van a inhabitar en el alma del justo.

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