lunes, 28 de octubre de 2019

“Entonces será el llanto y el rechinar de dientes”




“Entonces será el llanto y el rechinar de dientes” (Lc 13, 22-30). Jesús describa su Segunda Venida con la figura de un amo de casa que ha estado esperando que ingresen sus súbditos a su casa, por una puerta estrecha; el amo, en determinado momento, se levantará y dejará fuera a quienes hasta ese momento no hayan entrado. Lo llamativo es lo que les sucede a los que quedan afuera: “Entonces será el llanto y el rechinar de dientes”. Es una frase muy llamativa, porque “llanto” sumado al “rechinar de dientes”, está expresando un dolor intensísimo, fuera de lo común; de tal intensidad, que hace “rechinar los dientes”. Esto significa que, quien no ingrese al Reino de Dios por la puerta estrecha que es Cristo crucificado, quedará fuera de él, comenzando inmediatamente a sufrir en cuerpo y alma los insoportables dolores que se sufren en el Infierno y por toda la eternidad. Esto es lo que quiere decir Jesús cuando dice que los que queden fuera del Reino de los cielos “llorarán y rechinarán los dientes” a causa del dolor, del intenso dolor que les provoca el fuego del Infierno.
“Entonces será el llanto y el rechinar de dientes”. Estamos en esta vida no para otra cosa que para entrar en la casa del amo por la puerta estrecha y así evitar quedar fuera, con llanto y rechinar de dientes; es decir, estamos en esta vida para ingresar en el Reino de los cielos por medio de la Santa Cruz y así evitar la eterna condenación en el Infierno.

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