martes, 22 de octubre de 2019

“Hipócritas, no sabéis interpretar el tiempo presente”



“Hipócritas, no sabéis interpretar el tiempo presente” (Lc 12, 54-59). Jesús nos da un duro correctivo, tratándonos de hipócritas y en realidad lo somos. ¿Por qué? El mismo Jesús nos da la respuesta: “Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en seguida: “Chaparrón tenemos”, y así sucede. Cuando sopla el sur, decís: “Va a hacer bochorno”, y lo hace. Hipócritas: si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente?”. Es decir, Jesús nos recrimina el hecho de que sabemos interpretar muy bien el tiempo climatológico, ya que sabemos, por el aspecto del cielo o por el tipo de viento, si va a haber lluvia o si va a hacer calor sofocante; sin embargo, no sabemos interpretar –o no queremos, en realidad- interpretar “el tiempo presente”, espiritualmente hablando. Es decir, Jesús nos recrimina el hecho de que somos infalibles con el tiempo climatológico, pero miramos para otro lado cuando se trata del tiempo presente, espiritualmente hablando.
¿Y cómo es el tiempo presente, espiritualmente hablando? Cuando observamos el mundo desde el punto de vista espiritual, podemos decir que es de una verdadera calamidad, una verdadera catástrofe espiritual. Esto lo podemos constatar con un simple dato de la realidad: entre otras cosas, más del noventa por ciento de niños y jóvenes que hacen la Primera Comunión y reciben la Confirmación, abandonan la Iglesia; más del noventa por ciento de los adultos, que han recibido el Bautismo y la Catequesis, no asisten a Misa ni se confiesan, es decir, son católicos nominales en la teoría y ateos reales en la práctica. Otros datos: la gran mayoría de los católicos muere sin recibir los últimos auxilios, pero no por falta de disposición de la Iglesia, sino porque no los quieren recibir, porque han perdido la fe; la gran mayoría de los jóvenes no se casan por la Iglesia, ya que prefieren el pecado mortal del concubinato, antes que la gracia y la virtud del Sacramento del matrimonio; una gran cantidad de jóvenes se encamina detrás de las canciones y modas que promueven el ateísmo, el ocultismo, la wicca, el paganismo, o se adhieren a sectas que no poseen la Verdad Absoluta como la posee la Iglesia Católica.
“Hipócritas, no sabéis interpretar el tiempo presente”. Si sabemos interpretar el tiempo climatológico, entonces sí sabemos interpretar los tiempos espirituales, que son de una verdadera calamidad. Empecemos, entonces, a poner remedio a la situación, haciendo oración, ayuno y penitencia por quienes no lo hacen.

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