“Si
el grano de trigo no cae en tierra y muere no da fruto” (Jn 12, 24-26). Jesús utiliza la imagen de un grano de trigo que,
para dar fruto, tiene que caer en tierra y morir. ¿Qué significa esta imagen?
¿Qué nos quiere enseñar Jesús con esta imagen? Nos está enseñando, con su sabiduría
divina, acerca del misterio de salvación y por lo tanto, de la necesidad de
imitarlo a Él en el llevar la cruz de cada día. En efecto, ese grano de trigo
que cae en tierra y muere, dando fruto, es Él, que muere en la Cruz y da el
fruto de la Resurrección. Por esta razón, es Cristo crucificado y resucitado
nuestra única esperanza de vida eterna: si estamos unidos a Él orgánicamente
por el Bautismo y espiritualmente por la fe y el amor que nos da la gracia,
entonces estamos unidos a su muerte en cruz y si estamos unidos a su muerte en
cruz, entonces estamos unidos a su resurrección. Esto explica la razón por la
cual Cristo Jesús es nuestra única esperanza de vida eterna, porque sin Él, que
es el “Camino al Padre”, no llegaremos nunca al Reino de los cielos. Por otra
parte, de esto se deduce también la importancia de mantenernos unidos a Cristo
por la fe, el amor y la gracia, la cual nos es concedida por los sacramentos,
sobre todo el Sacramento de la Penitencia y la Eucaristía.
“Si
el grano de trigo no cae en tierra y muere no da fruto”. Por el Bautismo
sacramental, hemos sido unidos a Cristo, a su Cuerpo Místico; por la fe y por
la gracia, debemos subir con Él a la cruz para así morir al hombre viejo y
nacer al hombre nuevo, al hombre que vive de la gracia, el hombre que vive como
hijo de Dios. Sólo así daremos frutos de vida eterna.
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