miércoles, 26 de abril de 2023

“Yo Soy el Pan de Vida”

 


“Yo Soy el Pan de Vida” (Jn 6, 44-51). Una interpretación no católica diría que Jesús hace esta afirmación en un sentido metafórico y no ontológico; sería algo así como que sus enseñanzas son como si fueran un pan que da vida a quien está hambriento, por ejemplo.

Sin embargo, esa no es una interpretación católica, puesto que Jesús no está hablando en sentido metafórico, sino real y ontológico. Esto quiere decir que cuando Jesús afirma que es “Pan de Vida”, lo es realmente y no metafórica o simbólicamente, lo cual se puede corroborar en lo que sucede en la Santa Misa. Es decir, cuando el sacerdote ministerial, que obra con el poder sacerdotal participado del Sumo y Eterno Sacerdote Jesucristo, pronuncia las palabras de la consagración –“Esto es mi Cuerpo, Esta es mi Sangre”-, convierte el pan material de la hostia hasta entonces sin consagrar, en el Cuerpo de Jesús, Cuerpo glorificado que queda oculto bajo la apariencia de pan, bajo las especies sacramentales. Entonces, luego de la consagración, es Jesús quien está en Persona en la Eucaristía, bajo apariencia de pan.

Por otra parte, estando así Jesús oculto en apariencia de pan, da vida, pero no una vida natural, en el sentido de que no se trata de una mera restauración de la vida natural, sino que da la vida eterna, la vida misma de la Trinidad, por cuanto Él es Dios, es el Verbo Eterno del Padre, la Persona Segunda de la Trinidad. Es por esta razón que quien comulga -en estado de gracia, con fe, con piedad y con amor- el Cuerpo de Cristo, que está real y substancialmente bajo la apariencia de pan en la Eucaristía, recibe de Él su Vida Divina, que es la Vida de la Trinidad, la Vida Divina del Ser divino trinitario.

Cuando comulguemos, entonces, debemos agradecer a Jesús porque en el Pan de Vida, la Eucaristía, nos da una vida verdaderamente nueva, una vida que antes de la Comunión no la teníamos, una vida que es la Vida Divina, la Vida Increada de Dios Uno y Trino. Es en este sentido, real y ontológico, en el que Jesús es “Pan de Vida Eterna”.

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