sábado, 18 de julio de 2020

“Mi Madre y mis hermanos son los que cumplen la voluntad de Dios”




“Mi Madre y mis hermanos son los que cumplen la voluntad de Dios” (Mt 12, 46-50). Mientras Jesús está impartiendo sus enseñanzas, se acercan hasta Él su Madre, la Virgen, y sus primos. Sin embargo, a causa de la multitud, no pueden llegar hasta Jesús, por lo que la Virgen manda a alguien a decirle a Jesús que Ella y sus primos lo están buscando. Jesús da una respuesta que parecería negar a su familia biológica, de sangre, porque dice: “Mi Madre y mis hermanos son los que cumplen la voluntad de Dios”. Es decir, parecería estar diciendo que la Virgen no es su Madre ni sus primos son su familia; sin embargo, es todo lo contrario, pues si es familia de Jesús aquel que cumple la voluntad de Dios, la primera en hacerlo es la Virgen Santísima, quien con su “Sí” dio lugar a la Encarnación y al inicio del plan salvífico de Dios, para que se cumpla su voluntad.

Aquí nos tenemos que preguntar cuál es la voluntad de Dios y la respuesta es que la voluntad de Dios es que todos nos salvemos, que todos ingresemos en el Reino de los cielos al terminar nuestro peregrinar en la tierra. ¿De qué forma cumpliremos la voluntad de Dios? Viviendo en gracia y cumpliendo los Mandamientos, expresados en la Sagrada Escritura. 
“Mi Madre y mis hermanos son los que cumplen la voluntad de Dios”. La voluntad de Dios es que todos nos salvemos y está expresada en los Diez Mandamientos y en los Mandamientos de Jesús -principalmente, “Ama a tus enemigos” y “Carga tu cruz de cada día y sígueme”-. Si no sabemos cómo cumplirlos para pertenecer a la familia de Jesús, entonces miremos a la Virgen Santísima y la imitemos y así estaremos cumpliendo la voluntad de Dios.

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