jueves, 2 de julio de 2020

“Sean astutos como serpientes y sencillos como palomas”




“Sean astutos como serpientes y sencillos como palomas” (Mt 10, 16-23). Jesús da un consejo a su Iglesia misionera y para ello utiliza las imágenes de dos animales: una serpiente y una paloma: “Sean astutos como serpientes y sencillos como palomas”. La razón es que la misión se ha de desarrollar en el mundo y el mundo está regido, desde el pecado original, por el “Príncipe de este mundo”, el Ángel caído, como Jesús mismo lo dice y el Príncipe de este mundo, el Demonio, no se guía por la Verdad y el Bien, sino por la Mentira y el Mal, los cuales deben ser combatidos. Porque se guía por la mentira y el mal, la Iglesia que misiona en el mundo es comparada por Jesús a “ovejas en medio de lobos”: “Os envío como a ovejas en medio de lobos”. Esto es así porque la Iglesia de Jesús no puede, de ninguna manera, utilizar los mismos instrumentos que utiliza el Demonio y los hombres malvados a él asociados, esto es, la mentira y el mal: la Iglesia se guía por Jesús y su Espíritu, que es un espíritu de Verdad y no de mentira; es un espíritu de santidad y bondad y no de maldad y engaño. Entonces, para que la Iglesia no sea derrotada en su tarea misionera, es que Jesús advierte a sus discípulos y les aconseja que posean las virtudes de dos animales, la serpiente y la paloma: “Sean astutos como serpientes y sencillos como palomas”. La Iglesia misionera debe estar prevenida contra la astucia de la Iglesia de Satán y por eso debe ser ella misma astuta –“sean astutos como serpientes”-, pero también debe estar prevenida contra el orgullo del mal, para no caer en él, y por eso debe tener la virtud de la humildad y la sencillez –“sean sencillos como palomas”-. Es muy difícil y muy arduo luchar contra la mentira, la calumnia, la difamación, el orgullo, pero la Iglesia no está desamparada, aun cuando se encuentre en el mundo en aparente estado de indefensión, “como ovejas entre lobos”: su defensa serán la astucia, guiada por la Verdad de Cristo, la humildad, también participada de Cristo, y la asistencia del Espíritu Santo, asistencia prometida por el mismo Cristo: “el Espíritu de su Padre hablará en ustedes”.
“Sean astutos como serpientes y sencillos como palomas”. En nuestra tarea de anunciar el Reino de Dios, debemos enfrentarnos a la astucia y a la mentira del Príncipe de este mundo y de los hombres malvados a él asociados; estamos prevenidos por Jesús y estamos seguros de la asistencia de su Espíritu, el Espíritu del Padre y del Hijo, el Espíritu Santo, y por eso estamos seguros de que en la lucha contra las fuerzas del mal, saldremos victoriosos en el Nombre de Jesús.

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