viernes, 14 de mayo de 2021

“La vida eterna es que te conozcan a Ti y a tu Hijo Jesucristo”

 

“La vida eterna es que te conozcan a Ti y a tu Hijo Jesucristo” (Jn 17, 1-11a). La novedad absoluta del cristianismo es que el Mesías, el Hijo de Dios encarnado, ha venido a traer, a los hombres, la vida eterna, la vida absolutamente divina, la vida que brota, como de una fuente inagotable, del Ser divino trinitario.

Ahora bien, ¿en qué consiste la vida eterna? Esta vida eterna consiste, según revelación del mismo Jesucristo, consiste en “conocer” a dos Personas, en este caso, dos Personas divinas: el Padre y el Hijo: “La vida eterna es que te conozcan a Ti y a tu Hijo Jesucristo”. El conocimiento de estas dos divinas Personas no puede ser deducido, de ninguna manera, por el intelecto creado, por lo que se necesita que sea revelado de lo alto, es decir, se trata de un conocimiento que proviene del mismo Dios, puesto que ni el hombre, ni el ángel, son capaces de deducir que en Dios existen dos Personas, el Padre y el Hijo. Entonces, quien quiera tener vida eterna, tiene que conocer al Padre y al Hijo, pero aquí entonces se presenta un problema, porque como dijimos recién, ni el hombre, ni el ángel, pueden alcanzar este conocimiento, por lo cual hay necesidad esencial de que ese conocimiento sea transmitido por el mismo Dios. Aquí se presenta otro elemento a considerar, para quien desee tener la vida eterna: quien da el conocimiento del Padre y del Hijo, es decir, quien revela que el Dios Uno del judaísmo es Padre y también Hijo, es el Espíritu Santo, la Tercera Persona de la Trinidad. El Espíritu Santo, espirado por el Padre y el Hijo, es quien revela el Verdadero conocimiento de Dios: que es Uno, pero que en Él, misteriosamente, hay Tres Personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, Personas que no conforman una tríada de dioses, sino que son un Único y Verdadero Dios, puesto que estas Personas divinas poseen el mismo Ser divino trinitario y la misma naturaleza divina trinitaria. De esto se sigue que, quien quiera tener vida eterna, debe conocer al Padre y al Hijo, pero para conocer al Padre y al Hijo, es necesario que ese conocimiento sea transmitido por la Tercera Persona de la Trinidad, el Espíritu Santo.

“La vida eterna es que te conozcan a Ti y a tu Hijo Jesucristo”. Si queremos tener vida eterna en nosotros, debemos suplicar el don del Espíritu Santo, quien nos dará la vida eterna al darnos el conocimiento del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario