jueves, 17 de junio de 2021

“Entren por la puerta estrecha”

 


“Entren por la puerta estrecha” (Mt 7, 6. 12-14). Jesús nos hace ver que, espiritualmente hablando, y en relación a la otra vida, a la vida que comienza con la muerte terrena, hay dos puertas: una estrecha y otra ancha. Las dos puertas conducen a destinos, siempre eternos, radicalmente opuestos. Jesús nos aconseja que elijamos la puerta estrecha: “Entren por la puerta estrecha”, al mismo tiempo que nos advierte acerca de las consecuencias de elegir la puerta ancha, ya que esta conduce a la eterna perdición del alma: “Ancha es la puerta y amplio el camino que conduce a la perdición”. Además, nos advierte que “son muchos” los que eligen esta puerta ancha: “Son muchos los que entran por él”. La puerta estrecha, por el contrario, es elegida por pocos y es la que conduce a la Vida eterna, en el Reino de los cielos: “¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que conduce a la vida, y qué pocos son los que lo encuentran!”.

Entonces, Jesús nos revela que hay dos caminos y dos puertas que conducen a dos destinos eternos absolutamente contrapuestos: el camino amplio y la puerta amplia, que conduce a la eterna perdición, esto es, la condenación eterna en el Infierno, y el camino angosto y la puerta estrecha, que conduce a la eterna salvación en el Reino de los cielos.

Si queremos salvar nuestras almas, debemos escoger, por lo tanto, el camino angosto y la puerta estrecha. ¿Cuáles son? El camino angosto y la puerta estrecha son, respectivamente, el Camino Real de la Cruz, el Via Crucis, y la Santa Cruz de Jesús. Esto quiere decir que elegir este camino implica, indefectiblemente, la gracia de participar de la Pasión de Cristo, según nuestro estado de vida y según los designios de Dios. Por parte de Dios, Él quiere que todos elijamos el Via Crucis y que llevemos la Santa Cruz de Jesús, que sigamos a su Hijo hasta el Calvario y que seamos crucificados con Él. Sin embargo, de parte de los hombres, no todos eligen este camino de salvación; aún más, el mismo Jesús revela que la gran mayoría de los hombres prefiere el camino ancho y la puerta ancha, que son el mundo, la vida mundana, los placeres mundanos, las riquezas terrenas, la vida de pecado. En este camino ancho todo son risas, carcajadas, fiestas interminables, placeres sensuales, goce de los sentidos, despreocupación absoluta por el destino eterno, disfrute sin freno de los placeres mundanos. Sin embargo, todo esto se convierte en dolor eterno apenas se traspasan los umbrales de la puerta ancha, porque el camino amplio y la puerta ancha conducen al Infierno, en donde las carcajadas, las risotadas, la vida de pecado, se convierte en terror, espanto, dolor espiritual y corporal imposibles de imaginar, para siempre, para siempre, sin ningún fin, por toda la eternidad.

         “Entren por la puerta estrecha”. Si queremos salvar nuestras almas, elijamos la puerta estrecha, el Via Crucis y la Santa Cruz de Jesús. Sólo de esta manera evitaremos la eterna condenación e ingresaremos en el Reino de los cielos.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario