“Cuando
vean que suceden las cosas que les he dicho, sepan que el Reino de Dios está
cerca” (Lc 21, 29-33). Jesús nos da
indicios para saber si el Reino de Dios –y también su Segunda Venida- está
cerca: cuando veamos que “suceden todas estas cosas”. ¿Qué cosas? La conmoción
de los astros –“Hasta las estrellas del cielo se moverán”-; la conmoción del
mundo tal como lo conocemos –terremotos, guerras, hambrunas, pestes-; las
tribulaciones que habrán de padecer los que se mantengan fieles a la Verdadera
Fe Católica –no olvidemos que en los tiempos previos a su Segunda Venida
reinará el Anticristo, el cual establecerá de forma obligatoria una nueva
religión, la religión del Anticristo, una religión fundamentalmente sincretista,
ocultista y esotérica- y, finalmente, las persecuciones, o más bien, la Última
Gran Persecución a la Iglesia Católica, que precederá a la Llegada en la gloria
del Señor.
“Cuando
vean que suceden las cosas que les he dicho, sepan que el Reino de Dios está
cerca”. A lo largo de la historia y en diversos tiempos de la humanidad, muchos
han pretendido ver el Anticristo en diversas figuras –como por ejemplo, Hitler,
Stalin, Mao Tsé Tung, etc.-; sin embargo, ninguno de estos era el Anticristo,
el cual todavía no ha hecho su aparición en la tierra. Siguiendo al Evangelio,
sabremos que el Reino de Dios y la Segunda Venida de Jesucristo estarán muy
próximas, cuando el Anticristo no sólo se manifieste, sino que empiece a reinar
en la tierra, con su reinado de tinieblas, confusión y error. Cuando esto
suceda, “levantemos la cabeza, porque nuestra liberación se acerca”. En otras
palabras, cuando reine el Anticristo, aun en medio de las tribulaciones y
angustias de las persecuciones, debemos estar serenos y alegres, porque se
acerca el Reinado de Cristo en la eternidad.
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