viernes, 15 de octubre de 2021

“¡Hipócritas! Disciernen el clima pero no el signo de los tiempos”

 


“¡Hipócritas! Disciernen el clima pero no el signo de los tiempos” (cfr. Lc 12, 54-59). ¿Por qué Jesús trata de “hipócritas” a la multitud? Antes de responder, repasemos el significado de la palabra “hipócrita”. Según la Real Academia Española, se dice “hipócrita” es la “[Persona] que actúa con hipocresía o falsedad”[1]. Entonces, lo que caracteriza al hipócrita es la falsedad. Ahora bien, en relación a la multitud, Jesús les dice que son hipócritas o falsos porque saben discernir el cambio de clima –saben si va a llover o si va a hacer calor- por el aspecto de las nubes y por el viento, pero en cambio callan cuando deben discernir “el signo de los tiempos”. Esto quiere decir que el ser humano tiene la inteligencia suficiente, dada por Dios, para poder discernir no sólo el clima, sino “el signo de los tiempos”, es decir, aquello que acontece en el tiempo y en el devenir de la historia. Por ejemplo, un discernimiento del “signo de los tiempos”, sería el de aquellos que, viendo el contenido ideológico ateo y materialista del marxismo, deduciría la crueldad del comunismo en cuanto llegara al poder; otro signo de los tiempos sería también el que, viviendo en la Alemania nazi, se diera cuenta, por la agresividad racista del discurso de los socialistas de Hitler, que el nacionalsocialismo impulsaría una “limpieza étnica”, como de hecho lo hizo. Tanto en la surgimiento del marxismo comunista, como en el surgimiento del nacionalsocialismo alemán, hubo voces críticas que se alzaron en contra de estos movimientos totalitarios, pero, o fueron silenciados a la fuerza, o bien debieron escapar para salvar sus vidas. Esto confirma que el ser humano tiene efectivamente la capacidad de discernir “el signo de los tiempos”, como lo afirma Jesús implícitamente y es por eso que les dice “hipócritas”, porque no disciernen que el Mesías está en medio de ellos, obrando milagros, expulsando demonios y anunciando la llegada del Reino de los cielos. Éstos eran para ellos los signos de los tiempos, pero no los reconocieron y de ahí el reclamo de Jesús.

“¡Hipócritas! Disciernen el clima pero no el signo de los tiempos”. El duro reproche de Jesús no se detiene en los hombres de su tiempo, sino que abarca a toda la humanidad y en primer lugar a los cristianos, que por la luz de la gracia recibida en el Bautismo, podemos ver más allá de lo que puede hacerlo un no bautizado. En otras palabras, también a nosotros Jesús nos dice “hipócritas” y esto lo merecemos toda vez que callamos o fingimos no darnos cuenta de lo que sucede a nuestro alrededor, para que nadie nos moleste y así podamos seguir cómodamente en nuestras ocupaciones. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿cuáles son los signos de los tiempos, para nuestros tiempos? Sólo basta con una lectura ligeramente atenta a los medios de comunicación masivos, para ver qué dicen y qué omiten, para darnos cuenta de que estamos en tiempos caracterizados por un fuerte espíritu anticristiano: en muchos países del mundo domina el comunismo, ateo y materialista; en los llamados países libres, predominan también el ateísmo y el materialismo, además de la religiosidad luciferina de la Nueva Era o Conspiración de Acuario: esto hace que Halloween, la celebración del demonio, sea visto como algo "normal", alegre, placentero, bueno; tanto en países comunistas como en países libres, se persigue al cristianismo, sea de forma cruenta, sea a través de legislaciones anticristianas -ley del aborto, ley de identidad de género, ley de la ideología LGBT, etc.-, es entonces cuando estas democracias falsas se convierten en dictaduras, porque obligan a inocular a la población general un fármaco experimental, o bien se lo prohíbe directamente, como sucede en países en donde el Islam es gobierno. Cuando discernimos el signo de los tiempos, nos damos cuenta entonces que predomina el espíritu anticristiano, que prepara a la humanidad para la llegada del Anticristo. Esto, a su vez, debe llevarnos a elevar la mirada a Jesús Eucaristía, nuestro Dios y Señor, nuestro Salvador, el Único que puede salvarnos del reino de las tinieblas y conducirnos al Reino de Dios.

 

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