sábado, 5 de mayo de 2012

Nadie va al Padre sino por Mí


“Nadie va al Padre sino por Mí” (Jn 14, 1-6). La única vía de acceso a Dios Padre, es Dios Hijo, que se dona a sí mismo en la Cruz y en la Eucaristía.
         En su donación de sí, Cristo insufla el Espíritu Santo, quien a su vez une al alma a Cristo, y en Cristo esta es llevada a Dios Padre.
         De esta manera, el Espíritu Santo, infundido por Cristo desde la Cruz y la Eucaristía, cumple un movimiento descendente y luego ascendente: descendente, por el cual llega al alma, y ascendente, por el cual introduce al alma en Cristo, para que Él la conduzca a Dios Padre.
         Y la intercesora poderosísima entre el Espíritu Santo, soplado por Cristo, y el alma, es María Santísima.
         Éste es el único camino espiritual para llegar a Dios Padre, de donde se ve que el Santo Rosario y la Santa Misa, son los únicos caminos válidos para el católico.
         Todo otro pretendido camino espiritual, diferente, que pretenda poner en contacto con la divinidad, como los que propone el neo-paganismo de la Nueva Era, como por ejemplo: reiki, yoga, iridología, acupuntura, medicina holística, astrología, uso de cristales, ocultismo, canalización, adivinación, meditación trascendental, tantra, etc., es sólo engaño de Lucifer.

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