viernes, 2 de marzo de 2018

La parábola de los viñadores homicidas



"Los viñadores homicidas"
(Abel Grimmer)

         “Los arrendatarios mataron al heredero…” (cfr. Mt 21, 33-43.45-46). En la parábola de los viñadores homicidas, cada elemento natural representa una realidad sobrenatural. Así, por ejemplo: el Dueño de la Viña es Dios Padre; el Heredero es Dios Hijo; la Viña es la verdadera y única Iglesia de Dios, que antes de Cristo estaba formada por el Pueblo Elegido, los judíos, y después de Cristo, está formada por la Iglesia Católica; los viñadores arrendatarios y homicidas son los judíos; los enviados por el dueño para reclamar el pago del alquiler, son los santos y profetas del Antiguo Testamento; los nuevos arrendatarios, a los cuales el dueño entregará la viña luego de quitárselas a los antiguos, convertidos en homicidas, son los hijos adoptivos de Dios, los bautizados en la Iglesia Católica.



"Los viñadores homicidas"
(Abel Grimmer)

         La parábola de los viñadores homicidas nos revela entonces cómo los judíos mataron a Jesús, la Palabra de Dios, crucificándolo, al elegir sus propias tradiciones antes que la gracia del Hijo de Dios.
         Ahora bien, los católicos también matamos la Palabra de Dios en nuestros corazones, toda vez que rechazamos la gracia santificante y elegimos el pecado.
         La Cuaresma es el tiempo propicio para la conversión, que consiste precisamente en preferir la gracia antes que el pecado y desear la muerte terrena antes que cometer un pecado mortal o venial deliberado.


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