sábado, 6 de abril de 2019

“Jamás ha hablado nadie como este hombre”



“Jamás ha hablado nadie como este hombre” (Jn 7, 40-53). Los jefes de los sacerdotes y los fariseos habían encargado a los guardias del templo ir a apresar a Jesús, para llevarlo ante su presencia, para acusarlo de blasfemia, ya que se hacía Dios, llamando “Padre” a Dios. Cuando los guardias vuelven sin Jesús, porque no lo pueden apresar, los fariseos les preguntan la razón por la cual “no lo han traído” y los guardias responden: “Jamás ha hablado nadie como este hombre”. Es decir, los guardias, siendo laicos y hombres de armas y no religiosos, perciben en las palabras de Jesús una sabiduría y una autoridad sobre-humanas y por esa razón se deciden a no detenerlo, porque saben que Jesús es más que un hombre. No llegan a saber que es Dios, pero al escuchar a Jesús y al escuchar a la gente, piensan que puede ser el Mesías o bien el “profeta esperado”. En todo caso, para los guardias Jesús es alguien muy especial y esto se nota en la sabiduría y autoridad de sus palabras: “Jamás ha hablado nadie como este hombre”.
Y, en verdad, nadie ha hablado como Jesús, porque sus palabras son palabras de Vida eterna.
Nadie ha dicho, como Jesús, que el camino que lleva al cielo es la Santa Cruz; nadie ha dicho, como Jesús, que hay que amar al enemigo; nadie ha dicho, como Jesús, que más importante que el alimento terreno es el Cuerpo y la Sangre del Cordero de Dios, que es Él mismo; nadie ha dicho, como Jesús, que hay que perdonar setenta veces siete; nadie ha dicho, como Jesús, que el Reino de Dios ya está entre nosotros, por medio de la gracia; nadie ha dicho, como Jesús, que quien se alimenta de su Cuerpo y de su Sangre tiene la Vida eterna; nadie ha dicho, como Jesús, que Él es la Resurrección y la Vida y que el cree en Él no morirá, sino que tendrá la vida eterna. Nadie ha dicho jamás las cosas que ha dicho Jesús, porque Jesús es Dios y lo que Él dice es Sabiduría y Revelación divina, es lo que ha escuchado al Padre desde la eternidad y Él lo transmite a los hombres.
“Jamás ha hablado nadie como este hombre”. Las enseñanzas de Jesús son continuadas por la Iglesia Católica y por esta razón, parafraseando a los guardias, nosotros podemos decir: “Ninguna Iglesia, que no sea la Católica, enseña que la Eucaristía es el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Jesús y que el que se alimente de ella, tiene desde esta vida, la vida eterna”. Parafraseando a los guardias, los católicos podemos decir: “Jamás ninguna Iglesia ha enseñado que la Eucaristía es el Pan Vivo bajado del cielo”.

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