Jesús Esposo de la Iglesia Esposa
“Cuando
el Esposo les sea quitado, entonces sus amigos ayunarán” (Mc 2, 18-22). Al responder sobre la cuestión del ayuno de sus
discípulos, Juan el Bautista se refiere a Jesús con el nombre de “esposo”. Para
entender el porqué, es necesario tener en cuenta que uno de los nombres de Dios
en el Antiguo Testamento, es el de “esposo”[1]. Esto
se ve, por ejemplo, en los profetas Isaías (15, 45), Oseas y Jeremías: el Dios de
Israel ama a su pueblo con un amor puro, de tipo esponsal; un amor que es
eterno, que no decrece a pesar de las infidelidades de su esposa; un amor que
se mantiene fiel para siempre; un amor que es “más fuerte que la muerte” (Cant 8, 6).
Considerando
esto, se entiende entonces porqué Juan Bautista llama a Jesús con el nombre de “esposo”:
porque Jesús es el mismo Dios del Antiguo Testamento –Dios que es Uno y Trino,
que se ha encarnado en la Persona del Hijo de Dios-, que revela a los hombres
visiblemente, en Cristo, Cordero de Dios y Amor de Dios encarnado, ese amor
esponsal divino, pero que a la vez profundiza esa revelación, porque el amor
esponsal de Dios se comunica a través de la Cruz ya no a un pueblo determinado,
el pueblo hebreo, sino a su Iglesia, Esposa de Cristo, en la cual quiere Dios a
todos los hombres.
La
Cruz será, precisamente, el lugar en el cual Divino Esposo demostrará hasta
dónde llega su amor esponsal por la Iglesia; en la Cruz, Jesús Esposo da su
Vida literalmente por su Esposa, la Iglesia, entregando su Cuerpo y derramando
su Sangre; en la Cruz, Jesús Esposo, que es a la vez el Nuevo Adán, da vida a
su Esposa, la Iglesia, haciéndola nacer de su costado traspasado, por medio del
Agua y de la Sangre que representan los sacramentos de la Iglesia y que
constituyen su vida misma.
“Cuando
el Esposo les sea quitado entonces sus amigos ayunarán”. Las palabras del
Bautista se cumplen en la Pasión, porque es ahí en donde el Esposo, Cristo, es
quitado de la faz de la tierra, y por lo tanto, es el momento en el que inicia
el ayuno para los amigos del Esposo, que ya no lo tienen entre Él. Y el ayuno de
los amigos del Esposo debe ser a pan y agua: Pan de Vida eterna, y el agua del
costado abierto de Cristo, la gracia santificante que se derrama en los
sacramentos.
[1] Cfr. Léon-Dufour, X., Vocabulario
de Teología Bíblica, Editorial Herder, Barcelona 1993, voz “esposo”, 305ss.
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