sábado, 17 de julio de 2021

“Mi hermano y mi madre son los que cumplen la voluntad de mi Padre”


 

“Mi hermano y mi madre son los que cumplen la voluntad de mi Padre” (Mt 12, 46-50). Mientras Jesús imparte sus divinas enseñanzas a la multitud, alguien se acerca para avisarle que la Virgen, su Madre y sus primos, están afuera y quieren hablar con Él: “Oye, ahí fuera están tu madre y tus hermanos, y quieren hablar contigo”. La respuesta de Jesús, en un primer momento, pareciera dejar en un segundo plano a su Madre, la Virgen, porque pareciera que antepone a otras personas a su propia Madre. Y además de a su Madre, parecería menoscabar a su familia natural, sus primos, también en detrimento de extraños. Sin embargo, lejos de menoscabar a su Madre y a sus primos, con su respuesta, Jesús ensalza, ante todo, a su Madre, por el siguiente motivo: Él dice que “su madre y sus hermanos” son los que “cumplen la voluntad del Padre”. Entonces, si el criterio para ser familia de Jesús es el cumplir la voluntad del Padre, la Virgen es la primera en cumplir la voluntad del Padre y en un doble modo, porque aceptó la voluntad del Padre de ser la Madre de Dios Hijo y por eso la Virgen es su Madre biológica en el sentido de que lo llevó en su seno luego de ser engendrado por el Espíritu Santo y también cumplió a la perfección la voluntad del Padre en la entrega de su Hijo Jesús que Ella hace en el Calvario al Padre por nuestra salvación, para que el Padre pueda llevar adelante su voluntad salvífica, expresada en el misterio pascual de muerte y resurrección de Jesús. La Virgen entonces es la que Primera en cumplir a la perfección la voluntad del Padre.

“Mi hermano y mi madre son los que cumplen la voluntad de mi Padre”. Por el Bautismo sacramental, somos injertados en el Cuerpo Místico de Jesús y si cumplimos la voluntad de Dios Padre, expresada en el Sacrificio de Jesús en la Cruz, entonces además somos “hermano, hermana y madre” de Jesús.

 

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