A pesar de estar constituido por un párrafo en el que
aparentemente solo hay un listado de nombres, el Evangelio de la genealogía de
Jesucristo posee una enorme riqueza porque nos revela que Jesús, el
Hombre-Dios, no solo no fue un ser mitológico, sino que tuvo una ascendencia
verdadera, real, que se remonta no solo hasta los descendientes de David, sino
hasta el mismo Abraham.
Además, le da a Jesús el nombre de “Cristo”, que significa “ungido”,
expresión con la que se designaba al rey anunciado por los profetas, a quien
también se lo llamaba “Hijo de David” y aunque la genealogía no prueba la
mesianidad de Jesús, sí prueba que Jesús cumple los requisitos para ser el Mesías,
porque prueba que posee una estirpe israelita que se puede rastrear no solo
hasta el rey David, sino incluso hasta Abraham. También se prueba, por la
genealogía, que Jesús posee ascendencia real por parte de José y, aunque no se
dice nada acerca de la rama femenina de la genealogía, Jesús además posee
ascendencia real por parte de la Virgen, ya que María es también descendiente
de la familia de David.
El Evangelio del árbol genealógico de Jesús demuestra entonces que
Él fue un hombre real, nacido en el tiempo -motivo por el cual se pueden
rastrear sus ancestros humanos, como sucede con todo hombre- y que vivió en un
momento determinado de la historia humana. Es decir, se prueba la condición
humana de Jesús, pero como Jesús es el Hombre-Dios, se necesita también que se
afirme su condición divina, lo cual está afirmado, si bien implícitamente,
porque cuando llega a José, no dice: “José engendró a Jesús” –como tendría que
decir si José fuera el padre “real” y no meramente adoptivo de Jesús, y como
tendría que decir si Jesús fuera un hombre como todos los demás-, sino que dice
de José que fue “esposo de María”, de la cual “nació Jesús”, con lo cual si
bien afirma que José es esposo legal de María, no dice que fue su padre humano.
Es decir, se afirma el matrimonio meramente legal de José y María, pero no se
dice que José haya engendrado a Jesús, con lo cual se revelan implícitamente tres
hechos fundamentales de la fe católica: la condición de José como esposo
solamente legal de María; la condición de María como Madre de Dios, y la
condición de Jesús, Mesías, como Segunda Persona de la Santísima Trinidad
encarnada en una naturaleza humana.
Pero
hay otra enseñanza que nos deja este Evangelio y es que, además de la
genealogía de Jesucristo, está anticipado y prefigurado el nacimiento, por la
gracia, del cristiano, como hijo adoptivo de Dios.
La
genealogía revela la ascendencia humana de Jesús, Hijo Unigénito del Padre, que
se encarnó y se hizo hombre sin dejar de ser Dios, para que el hombre, por la
gracia, se hiciera Dios, y es esto lo que hace la gracia santificante, porque
la gracia convierte al hombre, de ser humano, en hijo adoptivo de Dios; por la
gracia, el hombre se convierte en Dios sin dejar de ser hombre.
La
genealogía revela que Jesús es descendiente del rey David; por la gracia, el
bautizado es hecho partícipe de la reyecía de Cristo Rey y así es convertido él
mismo en rey, de estirpe celestial.
La
genealogía revela que en Jesús se cumplen todas las promesas hechas por Dios a Abraham;
por la gracia, el hombre recibe en su alma todas las bienaventuranzas
prometidas por Jesús.
La
genealogía revela que Jesús es Hijo de la Virgen y que es solamente hijo
adoptivo de San José, porque su Padre es Dios Padre eterno, quien es el que lo
engendra desde la eternidad; por la gracia, el alma nace del seno eterno del
Padre, porque se hace partícipe de la filiación divina de Dios Hijo, y tiene a
María por Madre, porque es adoptado como hijo por la Virgen al pie de la Cruz.
La
genealogía revela que Jesús, Dios Hijo, adquiere para sí un cuerpo humano para
entregarlo luego como sacrificio agradable al Padre en la Cruz, para luego
resucitar y así cumplir su misterio pascual salvífico; por la gracia, el hombre
participa de la divinidad, la cual glorificará su cuerpo y su alma cuando el
hombre se una al sacrificio redentor de Cristo y sea así hecho partícipe de su
misterio pascual de muerte y resurrección.
Como
vemos, lejos de ser un pasaje en el que simplemente se mencionen nombres, el
Evangelio de la genealogía de Jesucristo no solo muestra su ascendencia real y
su condición de Mesías y Hombre-Dios, sino que muestra nuestra propia
genealogía, porque por el bautismo fuimos hechos hijos adoptivos de Dios y
hermanos de Jesús, al ser injertados en el Cuerpo Místico del Rey Mesías. Y puesto
que la genealogía que adquirimos por la gracia, es de origen celestial, no solo
está contenida en ella nuestra ascendencia, sino también nuestro destino
eterno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario